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Orgia lesbica

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Compartiendo a Distancia

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Aunque somos exhibicionistas y me gusta que morboseen a mi mujer, nunca creímos que llegaríamos a compartir de esta forma. Una tarde mientras estaba de viaje recibí una llamada de mi mujer, era viernes y ella me contó que había conocido un tipo que le atraía bastante y tenía unas ganas incontrolables de culiarselo. Así que me preguntó si podía hacerlo, yo estaba bastante sorprendido por la proposición pero no puedo negar que la idea me excitaba.



Entonces accedía a su petición con la condición de que tenía que dejarme ver la faena vía webcam y con micrófono. Ella con un todo de voz excitado accedió a mi petición y dijo que así lo haría, que se iba a preparar y a llamar al afortunado para arreglar el encuentro.



Más tarde volvimos a hablar y me contó sobre la llamada y los detalles del encuentro, ella lo recibiría en el nuestro apto con una ropa muy sugestiva, y me dio una pequeña exhibición vía web. Tenía unos jeans ajustados sin tanga debajo y una escotada, estaba hermosa y muy provocativa. Y después me confesó que no sabía todavía como cuadrar todo pues no iba a contarle a él sobre la transmisión porque temía que rechazase la oferta.



Llegó la hora de la cita y como estaba todo dispuesto en la habitación para ver la faena, no pude ver la escena de recibimiento y calentamiento en la sala. Supongo que incluía miradas, besos y mucho tacto.



20 minutos después de su llegada, el amante de turno ingresó a la habitación con mi mujer llevados por el frenesí de la ocasión, besándose apasionadamente y quitándose lo que quedaba de ropa en cada uno.



La tiró en la cama y empezó a comerle la boca con mas desesperación mientras le metía la mano en su pantalón para que le agarrara la verga. Ella accedía gustosa a todas sus demandas y respondía con apasionados movimientos.



Ya solo quedaban las prendas intimas y ella se las ingenió para quitársela mientras se la mamaba de forma inexplicable, así ya completamente desnudos él respondió a su atención y la acostó para chuparle su concha, le paso la lengua por las tetas por el culo. Le abrió las piernas y cuando la tenía bien lubricada por su saliva la envistió haciéndola abrir su boca completamente para gritar de placer mientras recibía sus movimientos bruscos.



- que grande la tienes, gritaba ella.



- Te gusta?. Te gusta cómo te la entierro, preguntaba él?.



- Si... si, asi me gusta.



- Si... asi papi que bien me la metes, asi... asi. Cojeme. La dio vuelta bruscamente, le separo las piernas y se la metió a fondo,



- papito que lindo lo que me haces, decía ella.



- Cojeme metemela toda.



- Asi, te gusta que te lo meta.



- Si, si... mas damela con todo.



- Te gusta mi verga?.



- Si papi, claro que me gusta, cogéme más.



- Voy a acabar, dijo.



- Si acabas lléname la concha con tu leche... asi...Yo tambien estoy acabando.



Tuvo el orgasmo más fuerte que pude ver. Se la sacó y empezó a chuparle la leche que quedaba en la cabeza de su verga. Yo ya me había corrido con la escena. Lo más excitante era ver su cara de satisfacción, se notaba que había disfrutado porque por momentos se olvidaba de la cámara y dejaba de mostrarme su cara de placer para concentrarse en su amante y dejarse llevar por el placer incontenible. Cuando regresé vimos unas cuantas veces el video y tuvimos buenas faenas evocando las imágenes.
 

Cai En La Trampa

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Cuando tenia como unos veinte, una vecina me tendio una trampa y yo cai redondito.

Esta vecina era ya mayor, casada pero sin hijos, todos los dias la veia cuando con unos pantaloncitos que se le metian enmedio de las nalgas y su raja salia a correr, ademas de que una ventana daba directamente a mi cuarto, en este cuarto ella hacia sus ejercicios. muchas veces lo hacia desnuda ademas me vio muchas veces cuando a miraba, le veia sus chichotas y su raja bien rasurada y viendola yo me la jalaba especialmente cuando mi novia me dejaba caliente.

Con el paso de las semanas nos fuimos haciendo amigos y platicabamos, hasta que un dia me invito a su casa a tomar una cerveza, ese dia estaba siendo un calor tremendo y cuando llegue de la universidad ella me esperaba, bueno entre a su casa y nos sentamos en la sala, ya cuando ibamos en la tercera cerveza, ella me dijo que sabia que yo la miraba y me pregunto que si se le hacia atractiva, yo casi me ahogo con la cerveza que tomaba y con la cabesa le dije que si, ella se levanto y se dirigio a mi, me quito la cerveza de la mano y se sento en mis piernas me comenso a besar, nos besabamos los dos con ardor y pasion le baje su blusa dejando al descubierto sus pechos y se los comense a mamar, baje una mano y entre la pierna y el pantaloncito le meti una mano, ellA se levanto un poco para que fuera mas facil y le comense a acariciar su raja le fui metiendo un dedo asi estuvimos un buen rato calentandonos se puso de pie y se quito el pantaloncito y agachandose me puso las nalgas cerca de mi cara y me dijo que le mamara el culo ella se abrio las nlagas y yo me puse a mamarselo, movia las nalgas en mi cara se lo mame por un buen rato entponces poniendose de rodillas me saco la verga del pantalon y me la comenso a mamar, me la mamo y los dos nos fuimos para su recamara ahi ella se acosto y abriendo las piernas me pidio que se la mamara yo se la mamaba de pronto en lo mas emocionante escuche un grito. -Que puta madre esta pasando? Hijo de mierda te estas comiendo la raja de mi mujer? yo me pare y vi al marido bien encabronado, o no sabia que hacer o decir tan solo los miraba a los dos, trate de disculparme pero el no me dejo decir nada. -Si quieres segui ahora tambien a mi me la vas a mamar. Yo nunca habia hecho nada con ningun hombre, el se quito al ropa, le vi su verga bien gruesa y mas grande que la mis, se acosto a un lado de ella y me dijo que se la mamara, me le quede viendo por un momento fu acercando mi cara a su verga y aun lo pense por un momento antes de decidirme a metermela, aramandome de valor, me la meti en la boca y se la comense a chupar, pasaba de la verga de el a la raja de ella y viceversa, los estuve mamando por un buen rato haciendo venir primero a ella y cuando queria sacarsela a el, me detuvo y me dijo que queria venirse dentro de mi culo yo bien sabia que esa vergot ano me cabria dentro que me destrosaria entonces ella me dijo que siguiera mamandole la raja y cuando se la estaba manando senti que el me untaba el culo de vaselina, me metia un ddedo primero y despues fueron dos me llenaba el ojo con el lubricante, ella me aprisiono la cara con su piernas senti despues que me saco los dedos y me puso la verga en la entrada al sentirla yo aprete las nalgas, pero el me dio una nalgada tan fuerte que me hiso que las aflojara y en ese momento me metio la verga, yo nomas me quejaba del dolor no podia gritar porque tenia mi boca en la raja de ella me la fue metiendo despacio la sacaba un poco para volverla a meter lo que fue dolor se fue convirtiendo en placer y cuando me la metio toda yo ya sentia bonito y por instinto comense a mover las nlagas, lo bueno fue que no tardo mucho en venirse por la mamada que le habia dado y cuando se vino sentia su leche bien calientita en mis intestinos, lo mejor vino cuanod asi como estaba el se agacho y con la boca me sacaba la leche de mi culo eso lo disfrute mas, cuando termine de darsela, ella se volteo y poniedose en cuato em dijo que se la metiera por atras le quise lubricar su culo pero me diojo que asi, el marido me mamo la verga y me la ensalivo bien y tomando mi verga con una mano y ella abriendose las nlagas se la meti cuando la tenia en la entrada ella misma reculo y se la meti de un golpe me la estuve cojiendo hasta que no pudiendo mas ella sintio mi vera ponerse dura y se la saco y lso dos poniendose de rodillas me vine llenadoles la cara con mi leche.

Caundo terminamos los tres acostados en la cama y descansmos un rato de nuevo coemnsamos yo acostado entre los dos me la comensaron a mamar hasta que me la pusieron tieza, el comenso a mamarle la raja y me dijo que ahora yo se la metiera por el culo me puse detras de el le lubrique el culo y se la meti me lo estuve cojiendo por un buen rato hasta que le llene el ojo, ella se puso detras de el e hiso lo mismo le mamaba el culo para sacarle mi leche y asi de pronto me dijeron que ya era la hora y que me podia retirar que ellos me llamarian para la sigueinte ves, mientras ellos se cojian yo me puse mi ropa y sali de la casa.

Como a las dos semanas ella fue a visitarme y me dijo que me esperaba en su casa para esa noche ycuando llegue a su casa ya habia otros dos hombres mas y me dijeron que los dos querian que entre los tres nos los cojieramos y asi lo hicimos.

Fuimos amigos hasta que ellos se movieron del lugar y de la ciudad y los otros dos nos seguimos viendo y nos cojemos, resulto que les hicieron lo mismo a ellos que me hicieron a mi, tambien les tendio la trampa ella.

Desde entonces he disfrutado hacerlo con hombres y mujeres.
 

Mi Maestra la Viciosa

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bueno el dia empezo sin novedades yo me dirigia al colegio como todas la mañanas, llegue tome las clases pero en la clase de la ultima hora, de aquel dia Habia una profesora que estaba como ella queria,

es mas los profesores, papas hasta los taxistas se paraban solo para verla a ella, se la describo.



es mediana pero usaba tacones de por ahi yo creo de unos 4 o 5 cm de alto simpre usaba vestidos de escote, simpre se le veian una tetas bien paradas y creia yo que eran operadas, luego supe que no o al menos ella me dijo eso, una cola de rechupete que por ciento en ocasiones yo habia tocado antes con morbo en la filas a la cafeteria.



cuando la tocaba o la rosaba con mi miembro no decia nada, solo se volteaba y me decia al oido:-Eres un pervertido, pero me gusta-, o a veces decia otras cosas que a mi me ponian a mil.



Terminaron las clases y ella me dijo:-Tu quedate, tengoq eu hablar contigo algo muy serio-, me qude en status vegetal, pense ah va ya llamar al director y amis padres y me van a hechar por tocar lo que no debia, pero sucedio que no, salieron mis compañeros y apenas salio el ultimo ella cerro la puerta del salon con llave, a mismo se me desperto, ella acercandose me dijo:-yo se que me tienes ganas, cuantos años tienes-, le respondi:-17-,mentira tenia apenas 15 pero ya habia tenido relaciones.



ella me dijo:-AA¿17? seguro, si le respondi rapido, me dijo bueno en eso ella, se va bajando la blusa, y de seguido el brasier, yo pense:-aqui fue tu segunda ves,no falles amigo-, se le vieron unas tetas de impacto ay fue que le pregunte si eran anturales o operadas, y me dijo:-usted hombres cuando estan jovenes le interesa es pura ciguria, pero estas son naturales-.



Fue bajando la cabeza hacia mi mienbro y empeso a sobarlo por afuera, mientras lo sobaba me daba besos esporadicos, que yo respondia con pasion; es tu primera vez me dijo, no ya lo he hecho el respondi, ah bueno tu sabes ya de esto me dijo luego, al rato saco del pantalon mi pene, empezo a mamarlo a chuparlo pero que forma me sentia en el cielo, no lo podia creer tener a mi profe ay chupandomela, al rato se tiro al piso te bajo una tangita de hilo, soy toda tuya, hazme lo que quieras, claro con semejante ofrecimiento.



Empece con mi lengua a jugar con su clitoris y a meter un dedo por su vagina ella empeso a tocarse las tetas, y suspiraba con cada pasadita de mi lengua y dedo, en eso me dio por meterle el dedo por el culo, lo hice y ella me dijo:-eres un dañado, asi me gustan los hombres, mi dedo no cabia en ese culo enorme, solo entraba la parte de adelante, asi que dispuse a abrir espacio ensalibandolo, despues de un rato me dijo:-entra que quiero sentirte, entra ya papi-, tus deseos son ordenes respondi, coji mi miembro con la mano y lo dirigi hacia ese hoyito, que habia cautivado mi atención, empese con al punta y ella, empeso a moverse de gusto o de dolor no lo se, al rato meti el resto, que dificil fue, pero entro.



Ella empeso a hacer sonidos, y empese con mi saque y meta, primero suave y luego rapido cada vez que entraba se retorcia del gusto, asi me saque duramos un rato, luego saque miembro lo dirigi a esa vagina rosadita, empese saque y meta, hicimos como cuatro poses: la del perrito, el 69, el misionero y creo que inventamos una nueva porque ella se me subio a cabalgar pero se movia en forma de diamante eso me puso a mil, ella empeso a gritar estaba a punto de venirse y yo escuchandola tambien estaba a punto, cuando ella hizo un:-aaaaaaaaaaaaaahhhhh, que rico papi, que delicisa, me hicisiste sentir como una zorra en celo-, yo era muy pequeño para entender esas frases o porque las decia.



en fin ella se emociono tanto me dijo:-voy a derramar mucho liquido, sultate y agachate abre al boca-, no sabia lo que me iba a hacer, lo hice me agache y ella se puso encima mio, empeso a masturbarse ella, cierra los ojos me dijo, los cerre, al rato escucho:-me estoy viniendo, atento, Aaaaahhhh-, senti un liquido que caia en mi boca, cara y parte de mi menton, por alguna razon eso me hizo, dar palcer a mi tambien, y le dije:-que rico mami, pero falto yo por venirme, eso te toca a ti-,me respondio claro yo no me voy a ir sin esa leche, se agacho boca abajo para dejarme a mi vista su chocho mojado, empeso a marmela, yo empese a masturbarla de nuevo ya tenia esa vagina roja, de tato darle yo dedo y penetrarla.



siento que me voy a estallar le dije, me respondio:-estare lista con la boca abierta vente de uan vez-, empezo a masturbame, que rico, descance exclame, me habia venido, ella de paro tenia la cara llena de semen y sacaba la lengua para lamrsela la cara, y se trago mi leche, me dijo:-cuando quieras repetirlo em avisas, y como cosa del destino empezaron atocar la puerta, viste me dijo, lo hice tan rapido como puede ella solo se puso el vestido que porcierto era largo y verde le cubria hasta las rodillas, me dijo coje el brasier y la tanga guardalos son tuyos, pero por ahora escondelos dentro de tu, boxer para no tenr problemas.



recogije las dos cosas las guarde en mi boxer epro como yo me habia venido quedaron untados, ella abrio la puerta tan rapido como pudo era el conserje, diciendo que porque todavia estaba alli, que ya habia terminado al jornada, me vio a mi, y sospecho

yo me sali corriendo del salon, llegue a mi casa me saque las dos cosas y rapido las lave.



por seguridad ya no nos volvimos a unir pero cada clase que ella me daba, yo recordaba esas tetas desnudas, esa vagina ese culito, que fueron mios

que madura tan viciosa, ahora si tengo 18 años y guardo como tesoro esa tangita y esos brasier, es mas hay veces que los cojo y me masturbo pensando en ella.
 

Nuestro Inicio En Cambios

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Cuando mi esposa y yo nos movimos a nuestra casa, invitamos un grupo de amigos para la inaguracion, durante toda la tarde estuvimos bebiendo y terminamos bailando, nos la pasamos bien.

Mi esposa les mostro a una pareja que llego tarde toda la casa y cuando regresaron mi mujer traia un casette lo puso ensima de la consola y nos olvidamos, cuando todo termino solamente tres parejas aparte de nosotros se quedaron para ayudarnos a limpiar y cuando terminamos todos nos sentamos en la sala, mi mujer se sento en mis rodillas, enseguida de mi se sento una mujer y a su lado su esposo mientras al ultimo otra mujer se sento tambien en las rodillas de su esposo y en el sillon otra pareja, mi esposa se acordo de el casete y se paro para ponerlo sin saber de que se trataba, lo puso y se volvio a sentar, ella traia una minifalda que se tapaba con una toalla, cuando la pelicula comenso vimos que era una porno casero, posiblemente los antiguos ocupantes la olvidaron, mi mujer se paro para quitarla pero todos le dijimos que la dejara para verla y asi la comensamos a ver. Se trataba de varias parejas en el cual se intercambiaban de parejas, todos lo hacian con todas y mas de una mujer le hacia el amor a otra mujer, todos callados la veiamos, eso si se fue aumentando la respiracion de mas de uno, mi mujer se volteo y me dio un beso suave, los demas se urlaron de nosotros diciendo que nos estaba calentando y nosotos nos reiamos de lo que decian, yo sentia que mi verga se estaba pponiendo tieza y mi mujer lo sintio, ella disimuladamente se movia como acomodandose, en una ocasion que me movi, sin querer toque la pierna de la mujer que estaba a mi lado, ella me miro y sonrio, yo meti la mano por debajo de la toalla y le meti la mano, mi mujer abrio las piernas al llegar a su raja ya la tenia humeda, le movi su calsoncito a un lado y le meti un dedo, lo hice por un rato y retire la mano, todos nos mirabamos de reojo como esperando quien romperia el hielo y fuimos nosotros lo que iniciamos todo, cpmp l;a sala estaba a media obscuridad, le meti una mano debajo de su blusa y le tome un pecho, se lo masajeaba y le daba apretoncitos en el pezon se lo solte y volvi a su raja pero me encontre que la mano de la otra mujer se la tenia agarrada y se la masajeaba, claro que mi mujer supo que era ella, voltee a ver a los demas y la ultima pareja,la mujer ya tenia los pechos al aire y su esposo se los mamaba, mientras la mujer que le masajeaba la raja a mi mujer le agarraba la verga a su marido, yo le levante la blusa a mi mujer y le saque los pechos y se los comense a mamar, la otra pareja que estaba sentada solos se besaban y tambien tenia los pechos de fuera, ya con todo esto, todos nos desnudamos y comenso el intercambio de parejas, las mujeres eran las que se movian de uno a otro, mientras los hombres nomas sentados dejandolas que ellas hicieran todo, primero vi como mi mujer le mamaba la verga otro, mientras su mujer me la mamaba a mi, despues se cambiaron asi estuvimos por un buen rato, cuando mi mujer se levanto y se llevo a otro hombre a la recamara, otra se llevo a otro que no era su marido para otro cuarto y asi todas se llevaron a un hombre, yo no se lo que paso detras de la puerta tan solo se que oia los gemidos de mi mujer gozando la cojida que le daban y no solo ella sino todas las demas se quejaban de placer, yo por mi parte disfrutaba de la mujer que tenia conmigo, ella me hiso de todo, me la mamo viniendome en su boca, me beso el culo, me la coji tambienpor el culo a ella y cuando terminamos nos fuimos para la recamara donde estaba mi mujer con el otro y ahi vi que mi mujer era cojida por dos uno se la cojia por el culo y el otro por la raja mientras ella mamaba la raja a la otra mujer, nos unimos a ellos y ahi en la cama hicimos de todo, ahi supe por primera ves lo que es mamar la verga de otro hombre porque ya al ultimo no sabia con quien terminaba, me cojieron por el culo, y yo tambien me coji a otro en fin hicimos de todo.

Cuando todo termino, una pareja se acerco a mi y me dijo que me dejaba a su mujer y el se llevaba a la mia y que nos veriamos al dia siguiente y las otras parejas hicieron lo mismo.

Al dia siguiente ya muy tarde regreso mi mujer, los dos entraron a la casa y su esposa y yo aun seguiamos acostados los dos estabamos desnudos pero ya estabamos cansados los dos para hacer algo, entraron ellos y se acostaron con nosotros y platicamos de lo hecho, ya mas tarde re3gresaron los otrs cuatro a recojer sus carros ya que habian dejado uno ahi y todos nos juntamos enla sala y platicamos de lo pasado y quedamos que lo hecho ya estaba hecho y no nos arrepentimos.

Despues de esa noche paso algun tiempo para volvr a realisarlo, pero esta ves nomas fueron tres parejas, por desgracia una de ellas no pudo resistir y se andaban separando, no los volvimos a ver, cambiaron su telefono y cuando fuimos a visitarlos no abrieron la puerta, no supimos que paso con ellos, mientras los otros por lo menos una ves al mes nos juntamos e intercambiamos de pareja.

Hasta ahorita no nos hemos arrepentido de lo que hacemos ya que lo hacemos con discrecion, no buscamos a nadie mas solamente nosotros.
 

Mi Deseo Mas Profundo

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La verdad desde hace dos años me he vuelto un fan de videos amateur viendo weyes cogiendose a x vieja, al igual de videos porno, sin embargo ultimamente me ha interesado los videos con maduras amateur y por eso contare este relato jusgen ustedes.

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veran soy un estudiante de psicología que encontro al amor de su vida en la escuela, cuando conoci a mi chica me enamore de ella al primer instante, en un mes de relación ya habiamos tenido sexo, y desde entonces ella me mamaba mi pene por 20 minutos diarios antes de irnos a la escuela, así hemos tenido relaciones por un año, sin embargo hace poco dejo de gustarle el sabor de mi semen y para penetarla necesito calentarla muchisimo para que quiera follar conmigo.



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Desde entonces mi deseo hacia ella a descendido bastante al grado que la beso y acaricio escasas veces, por lo cual mi mirada se ha entrado en mi suegra una mujer de 47 años que a pesar de su edad no se le notan arrugas ni nada de esa etapa. ell es bajita entre delgada y con un vientre escasamente grande (realmente es delgada) bueno todas sus hermanas incluyendola no son de senos grandes,pero si de un extremado culote que de solo verlo se te para y endurece al instante listo para atacar, al igual tiene una sobrina que veo a diario y tiene un culazo a pesar de sus escasos 15 años, bueno mi suegra es divorciada y vive solo con mi novia, siempre que llega de trabajar trae puesto un patalon cualquiera pero cual sea el pantalon se le nota un trasero que siempre me he esmerado para coger y se que algun día lograre penetrar y llenarlo de leche de burro.

bueno hace poco la vi con uin mayo que se compro rojo, en una fiesta familiar acudi y me prendi de inmediato ya que mi suegra se lo había puesto con una blusa pegada que le remarcaban sus pequeños senos, bueno cuando mi novia fue a burcar una prenda mi suegra, sujetaba una blusa sucia que tiraria al esto de ropa sucia pero se le cayo y sinceramente era lo que deseaba para que se agachara y pudiese ver ese riquisimo culo en punta y cual fue mi sorpresa que lo que desie me mostro, si hubiesen visto ese culo con olor a deseo y que nunca a sido prenetrado, bueno al día siguiente estaban desayunando todos y yo iba asalir con mi chica para comprar cosas y venderla pero como su casa estaba llena de visitas tenia que cruzar por la mesa para salir y en eso tenia que pasar por dode se encontraba mi futura golosa para salir, mi suegra se levanto de la mesa y en lugar de hacerse a un lado se quedo solo de pie y al ver que no se quitaba, tuve que pasar por donde estaba y le repege mi pene a su culito por el escaso espacio para salir, sinceramente crei que se molestaria y me veria mal, pero se sento y me volteo a ver con una sonrisa, me encanto que lo disfruto y estaba que me quemaba, pero luchare por ese culazo.

ahora les contare lo que hare el día que me la folle y le devuelva el placer de la vida, lo primero sera estar a solas, para después hablar sobre su hija que la amo y que sera la mujer de mi vida, tomare ese tema hasta lograr cambiarlo al sexo y comentarle si le gustaba tener sexo con mi suegro y si se lo mamaba, despues cuando ya este cachonda, comenzar a tocarla poco a poco hasta llegarle de dar un beso que me permita desvestirla, mas tarde pedirle recostarse en su cama y lamer esa vagina que ha estado inactiva por años y ponerle mi pene ya tiezo en ese orificio por el que tanto lucho.

penetrarla con vigor y chorrearla toda, teer un descanzo de dos minutos y pedirle que se volte y chuparle ese rico culo que tanto deseo, ponerla en cuatro y bombear poco a poco desvirgandola, para despues incrementar velocidad y al ultimo llenarle el culo de leche, ese día sera el mas feliz de mi vida A veces cuando follo con mi pareja piebso en ella, de hecho hace dos días que tuve sexo con ella me vine en su culo pensado en mi suegra, si hubiesen visto que cantidad de semen llene en su culo, sin mentir me exite tanto, que después de sacar mi pene de su culo segía emergiendo algo de semen como nuca me había pásado, digo a amo a mi futura esposa, pero como deseo el culo de mi suegra.
 

Memorias de un Bisexual

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La primera vez que tuve contacto con un hombre fué cuando tenia apenas como 12 años. Me encontraba cureoseando por la orilla de la playa y ví a un hombre de unos 30 años escondido detras de un bote, haciendose una puñeta, el hombre me agarró fisgoneando y llamandome me ofreció dinero para que yo le tocara el miembro, era la primera vez que yo veia el miembro de un adulto así tan de cerca y parado y me dió curiosidad por tocarlo. Como era tan grande tube que usar mis dos manos para agarrarselo, me gustó como se sentia, en mis manos el miembro del hombre, él me enseño como tenia que hacer para masturbarlo y aprendí rapido, pero no estaba preparado para el momento de su venida y me cojió de sorpresa cuando de su miembro salieron disparados sendos chorros de un liquido espeso y caliente, golpeandome la cara, el hombre me agarró por el pelo y restregó su miembro en mi cara y mis labios, yo por instinto abri la boca y él me introdujo la punta de su miembro dentro de mi boca haciendome probar las ultimas gotas de su aparatosa venida.



Esa fué la primera vez que probé el delicioso sabor del semen masculino. Años más tarde, se me dió la oportunidad de mamarle el miembro a mi hermano menor que yó por dos años, para entonces él tenia 16 y yó 18, dormiamos en el mismo cuarto en camas gemelas, yó ya estaba comprometido con la que es hoy mi esposa, y cuando llegaba a dormir veia a mi hermano dormido en su cama y me atraía el bulto que formaba en el boxer su miembro . No pude aguantar las ganas que sentia de tocarselo y con cuidado se lo fuí sacando fuera de su calsonsillo y primero se lo acaricié, luego decidí llevarmelo a la boca y se lo chupé suavemente procurando no despertar a mi hermano, esa vez lo solté tan pronto ví indicios de que se estaba despertando, por miedo de que me agarrara con su miembro en mi boca.



Pero a la otra noche, repetí mi hazaña y cuando sentí que el miembro se paró ya dentro de mi boca seguí mamandoselo. Mi hermano se despertó y me preguntó por que yo le hacia eso, yo le contesté "por que me gustaba" y no me dijo más nada, solo dejó que yo se lo siguiera mamando hasta que me premió con una deliciosa venida dentro de mi boca, la cual recibí con gusto y no desperdicié ni una gota de ese rico nectar, me lo tragé todo y le deje el miembro limpio a mi hermano, que solo lo oí decir "gracias" y siguió durmiendo.



Al otro dia mi hermano y yó seguimos normal como siempre, no se habló nada del asunto, pero por las noches, él me esperaba en el cuarto, acostado boca arriba y desnudo, se hacia el dormido pero por la erección de su pene yo sabia que estaba despierto. Pero yo captaba su mensaje, y no perdia tiempo en agarrarle el pene y llevarmelo a la boca, y se lo mamaba y se lo chupaba como si me estubiera chupando un bombon, solo que era más rico, esta vez yo le agarraba tambien los testiculos mientras se lo mamaba haciendolo sentir más placer, y terminaba tragandome su venida como de costumbre.



Esos encuentros nocturnos duraron varios meses, pero llegó el día de mi boda, y teniamos que terminarlo ahí pues al mudarme con mi esposa ya no tendria oportunidad de estar otra vez con mi hermano. Así que para darle punto final a nuestra relación y llevarme un recuerdo especial de ese miembro que tanto habia disfrutado, convencí a mi hermano que me penetrara su miembro por el culo.



La noche anterior a mi boda me acosté desnudo boca abajo, con las nalgas al aire ofreciendole el culo a mi hermano, él se trepó encima de mí y trató de metermelo, pero se olvidó de lubricarse el miembro y por más que trató no pudo penetrarme. Se bajó de la cama y se acostó en la suya disculpandose por no complacerme en lo que yo queria. Pero yo no me dí por vencido, busqué en una gabeta un pote de vaselina , le agarré el miembro y se lo embarré en vaselina, me unté yo bastante en el roto del culo y lo invité a que tratara de nuevo. Esta vez mi hermano me dió una tremenda clavada de culo expectacular, me lo introdujo hasta las bolas, me lo estubo metiendo una y otra vez hasta el amanecer, perdí la cuenta de las veces que se me vino adentro del culo. Me dejó tremendo recuerdo de su hermoso miembro, tanto así que en mi boda ,ya en el altar, yo sentia el culo latiendo, de la clavada que me habian dado horas antes....
 

Me Hizo Cornudo

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HOLA LE CONTARE QUE SOMOS UN MATRIMONIO YO 45 ELLA 32, MUY LINDA ELLA ALTA DE MUY BUEN CUERPO LE GUSTA VESTIR BIEN Y MODERNA, TRABAJA EN UNA COMPANIA DE AGUAS GASEOSAS, A 25 MINUITOS DE NUESTRA CIUDAD, YO LA LLEVO CONTINUAMENTE A SU TRABAJO YLA RECOJO, SU UNIFORME ME EXITA DEMASIADO UNA BLUSITA BLANCA TOTALMENTE TRANSPARENTE QUE SE NOTA EL BRAZIER, UJNA MINIFALDA AZUL QUE LE QUEDA ENTALLADITA Y ENCIMA DE LA RODILLA A MEDIO MUSLO, USA TACOS ALTOS LO QUE LA HACE MUY LINDA CURVILINEA Y DEIFERENTE A TODAS. CUANDO DETENGO EL AUTO EN LOS SEMAFOROS PUEDO VER COMO LOS HOMBRES LA DEBORAN CON SU MIRADA MIENTRAS ELLA SE MAQUILLA O SE PINTA SUS RICOS Y CARNOSOS LABIOS, YO A CADA MOMENTO LE PONGO LA MANO EN LAS PIERNAS Y SUBO SU RICA MINI PARA EXITARME.

LA HISTORIA ES QUE CUANDO ME CAMBIAN DE TRABAJO, YA NO PODIA LLEVARLA, PERO EL VECINO QUE ES AMIGO MIO Y DE LA CASA TRABAJA A 45 MINUTOS DE LA CIUDAD Y PASA POR DELANTE DEL TRABAJO DE MI MUJER, ASI QUE SE OFRECIO A LLEVARLA Y DEBIDO A LA CONFIANZA Y AMISTAD ACEPTE, TODO HIBA NORMAL, HASTA QUE CUANDO HACIAMOS EL AMOR SIEMPRE FANTASEABAMOS Y NOS DECIAMOS COSAS EXISTANTES, LE PREGUNTABA QUE LE DECIAN SUS COLEGAS DE SUS RICAS PIERNAS, COMO LA MIRABAN SI LE PROPONIAN COSAS ETC. ELLA ME CONTESTABA AVIDOSAMENTE Y ME ARRECHABA DEMASIADO, Y ME DIJIO MIGUEL CADA VEZ QUE ME LLEVA LE MIRA DESCARADAMENTE LAS PIERNAS, ME ESTA HABLANDO COSAS RELACIONADAS A SEXO, ME HA DICHOQUE MI CUERPO LE GUSTA Y QUIERE TENERME EN LA CAMA PARA HACERME EL AMOR, ES MAS HACE DIAS ME PUSO SU MANO SOBRE MIS PIERNAS Y ME DIJO QUE SERAN SUYAS E INTENTO METER SU MANO DEBAJO DE MI MINIFALDA PARA AGARRARME LA CONCHITA, AL OIRLA SENTI UNA GRAN ERECCION QUE ME PROVOCO SEGUYIR MOVIENDOME MAS FRENETICAMENTE, Y LE DIJE Y TE GUSTO TODO LO QUE TE DIJO, ELLA ME DIJO SIIIIIIIIIIIII, TE GUSTO CUANDO TE AGARRO LAS PIERNAS SIIIIIIIIIIIIIIIIII ME ENCANTO PORQUE ME MOJE TODA LA CONCHA, QUIERES ESTAR CON EL AMOR?, SI MI VIDA SI TU ME DAS PERMISO QUIERO ESTAR CON EL, ENTREGARME POR COMPLETO Y QUE ME HAGA SU PUTA, LE HARE TODO LO QUE TE HAGO A TI Y M,E DEJARE HACER LO QUE EL QUIERA ME VOLVERE SU ESCLAVA, MIRA LUIS ESTOY ENAMORADA DE MIGUEL, ENAMORADA PERO DE SU CUERPO SOLO QUIERO HACER SEXO SIN AMOR SOLO SEXO Y SI ES BRUTO MEJOR, AMOR MIO DAME PERMISO POR UNA SOLA VEZ, TE LO PIDO, YA MI AMOR TE DOY PERMISO HAS LO QUE QUIERAS CON ELLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL, ME VACEE DE MANERA EXTRANA Y ABUNDANTE, Y LE SEGUIA DICIENDO QUIERES CON EL, SI AMOR QUIERO, NO ME ARREPENTIRE Y LUEGO NUNCA MAS VERE A OTRO HOMBRE QUE NO SEAS TU ME DIJO.

QUEDAMOS EXAHUSTOS EN LA CAMA, AL DIA SIGUIENTE AL LEVANTARNO TODO FUE NORMAL, A LA HORA DE DESAYUNO CONVERSAMOS Y YO QUE ESTABA CON TODO LO CONVERSADO DENTRO MIO, LE DIJE FANNY, ES VERDA QUE QUIERES ESTAR CON MIGUEL?, ME MIRO FIJAMENTE SE ACERCO A MI ME DIO UN TIERNO BESO EN LA BOCA Y ME DIJO SI TU ME DAS PERMISO SI, SOLO QUIERO HACERLO UNA SOLA VEZ PARA SABER QUE SE SIENTE TENER DENTRO UNA PINGA DE OTRO HOMBRE, YA QUE TU HAS SIDO EL PRIMER Y UNICO HOMBRE EN PENETRARME,LE DIJE, SI MI AMOR SI QUIERES HACERLO HASLO ENTREGATE A EL Y PORTATE COMO UNA VERDAERA PUTA, SOLO TE PIDO QUE ME CUENTES TODO LO QUE HARAN, EN ESOS MOMENTOS SONO LA BOCINA DEL AUTO DE MIGUEL A MI MUJER LA ABRACE Y LA APRETUJE CONTRA MI CUERPO A LA VEZ QUE DEBAJO DE SU BLUSA LE LEVANTABA SU FALDITA PARA QUE PUEDA LUCIR AUN MAS SUS RICAS PIERNAS, ME MIRO Y ME DIJO GRACIAS, Y SALIO MUY LINDA ELLA AL ENCUENTRO DE SU FUTURO HOMBRE DE UN DIA, A MEDIO DIA ME LLAMO DICIENDOME QUE HABIA ACEPTADO A SALIR CON MIGUEL DESPUES DEL TRABAJO, QUE LUEGO IRIA A CASA, LE PEDI QUE A CADA MOMENTO ME LLAME AL CEL. SI ME DIJO TE MANTENDRE INFORMADO, A LAS 6 PM ME LLAMA YME DICE QUE ESTABA SALIENDO DEL TRABAJO A LA 7.15 OTRA LLAMADA ME DIJO ESTAMOS EN EL BAR "TITO" TOMANDO UN RON, A LAS 8.30 ME LLAMA Y POR SU VOZ LA NOTE UN TANTO BORRACHA, ME DIJO SALDREMOS A ............. PASEAR AMOR MIO, TE QUIERO MUCHO,GRACIAS POR TODO Y ME COLGO, YO IMPACIENTE EN CASA ERAN LAS 11 Y AUN NO LLEGABA, TIMBRE HASTA EN DOS OPORTUNIDADES SU CEL PERO NO CONTESTO, A LA 1 DE LA MADRUGADA SIENTO LA PUERTA DE LA CASA ERA ELLA, RAPIDAMENTE SALGO A RECIBIR A MI MUJER, ESTABA LINDA CON UNA SONRISA DE MUNECA, LA ABRACE Y ELLA AMI MUY FUERTE Y ME MIRO Y ME DIJO GRACIAS AMOR, NO SABES CUANTO TE AMO, TU ERES EL HOMBRE DE MI VIDA, LA LLEVE A LA SALA LA SENTE Y LO PRIMERO QUE PUDE VER SOSN SUS RICAS PIERNAS DEBAJO DE ESA MINIFALDA TAN AJUSTADA, ACARICIANDOLA Y DANDOLE UN UN BESO APASIONADO Y LE DIJE CUENTAME AMOR QUE PASO, ELLA ME MIRA Y ME DICE AMOR MEJOR NO TE CUENTO NADA DEJALO ASI, NO QUEDAMOS EN QUE ME CONTARIAS, BUENO AL SALIR DEL TRABAJO EN EL CARRO EL A CADA MOMENTO ME AGARRABA LAS PIERNAS COMO TU LO HACES Y SUBIENDOME MI FALDITA HASTA QUE SE VEA MI TANGUITA, ASI FUIMOS Y AL LLEGAR AL BAR "TITO" ME ABRAZO Y ME BESO EN LA BOCA Y LA VERDAD ES QUE LE CORRESPONDI Y ASI ESTUBIMOS COMO 20 MINUTOS EL ME ACARICIO TODA Y YO A EL, BAJAMOS AL BAR ME LLEVO ABRAZADA AL ENTRAR TODOS VOLTEARON A VERNOS, A LA SEGUDA COPA SALIMOS A BAILAR LA MUSICA DEL RECUERDO QUE TOCAN, ASI COMO LOS BOLEROS DE ANTANO, YO NO SABIA LA LETRA PERO ERAN ROMANTICOS, EL ME ABRAZABA MUY FUERTE HACIA EL Y YO LE CORRESPONDIA ERAMOS UNO SOLO, PUDE SENTIR SU PINGA ROZAR MI VIENTRE, A LA TERCERA COPA SEGUIAMOS IGUAL PERO EL ME AGARRABA LAS NALGAS Y YO MI AMOR LE AGARRE SU PINGA SOBRE EL PANTALOS Y LA SOBABA SENTIA ALGO RIQUISIMO PORQUE EL TAMBIEN ME AGARRABA MI CONCHITA TOTALMENTE MOJADA, NO AGUANTAMOS MAS Y SALIMOS PARA EL HOTEL, LLEGAMOS AL COUNTRY LINDO EL HOTEL Y EL CUARTO APENAS ENTRAMOS NOS BESAMOS FRENETICAMENTE Y EL ME QUITO LA BLUSITA Y EL BRAZIER PARA AGARRAR MI TETAS Y CHUPARMELAS, NO PODIA MAS ERA MI CONCHA UN TORRENTE DE FLUJOS Y LIQUIDOS, PUSO SUS MANOS SOBRE MIS HOMBROS Y ME HIZO AGACHAR ARRODILLANDOME DELATE DE MI MACHO SE ABRIO EL CIERRE Y SACO UNA RICA PINGA, AMOR ES GRANDE CON UNA CABEZA AMORATADA Y MUY GRUESA, AL VERLA LA METI EN LA BOCA Y SE LA CHUPE LARGO RATO, SE DESNUDO ME TIRO A LA CAMA ME SACO MI FALDITA Y MI TANGUITA TAN CHIQUITA LA ROMPIO Y ME EMPEZO E CHUPAR LA CONCHA Y YO VACEABA TODOS MIS JUGO EN SU BOCA LUEGO ME VOLTEO Y ME CHUPO MI CULITO Y METIA SU LENGUA, EL SE TIRO A LA CAMA Y ME DIJO, PUTITA MIA AHORA TE TOCA A TI CHUPAMELOS, LE CHUPE DESESPERADAMENTE LA PINGA LARGO RATO, LUEGO EL SE VOLTEO Y LE CHUPE EL CULO LE TUBE QUE METER TODA MI LENGUA PORQUE EL ME LO PEDIA, AMOR LUEGO LE METI EL DEDO AL CULO Y LE SEGUIA CHUPANDO, DESPUES ME PUSO DE ESPALDAS EN LA CAMA ME ABRIO LAS PIERNAS Y POCO APOCO ME FUE PENETRANDO HASTA SENTIR TODA SU PINGA DENTRO DE MI, LO ABRAZE MUY FUERTE LO BESE Y EL SE MOVIA MUY RAPIDO Y FUERTE ME HIZO SACAR COMO 6 ORGASMOS YO FELIZ AMOR ME MOVIA COMO UNA VERDADERA PUTA Y LE DECIA MAS, MAS MAS, EL ME DECIA SERAS MI PUTA SOLO MIA MI PUTA Y EN MI ARRECHURA LE DECIA SI SERE TU PUTA, LUEGO ME VOLTEO ME PUSO COMO PERRA DE CUATRO PATAS ME HECHO SALIBA AL CULO Y YO LE ROGUE MIGUELITO DESPASITO POR FAVOR TIENES UNA PINGA MUY RICA PERO GRANDE EL LA PUSO A LA ENTRADA DE MI CULO Y ME EMPUJO DESPASITO HASTA METERMELA AMOR MUY DENTRO Y YO SAQUE FUERZAS Y PUDE MOVERME MUY RICO Y SENTIR ESA PINGA AJENA QUE QUERIA SENTIR, ME LA SACO Y ME DIJO PUTA MIA CHUPAMELA Y LIMPIAMELA PARA METERTE A LA CONCHA Y VACEARME PARA PRENARTE, SE LA CHUPE UN SABOR AMARGHO AL PRINCIPIO PERO LUEGO QUE RICA PINGA DE MACHO SE LA CHUPE, ME HECHE EN ESA RICA Y LINDA CAMA LE ABRI YO MIS PIERNAS LE AGARRE ESDA RICA PINGA Y ME LA PUSE A LA ENTRADA DE MI CONCHA Y LE DIJE YA! Y EL DE JUN SOLO EMPUJON ME LA METIO HASTA EL FONDO SENTIA PINGA AMOR SENTIA PINGA UNA RICA PINGA AJENA, ME MOVI COMO LOCA COMO UNA PUTA ARRECHA Y LO HICE VACEAR ME LLENO TODA MI CONCHA CON SU RICO SEMEN, LO ABRACE LO BESE LO ACARICE LE DIJE QUE ME HABIA HECHO SENTIR UNA VERDADERA HEMBRA Y LE VOLVI A CHUPAR LA PINGA PARA OBTENER EL RESTO DE LECHE DE ESA PINGAZA, NOS RECOSTAMOS Y A LA MEDIA HORA NOS VOVIMOS ABRAZAR Y BESAR MUCHO RATO EL SE SUBIO ENCIMA MIO Y CON CON PASION O GUSTO O DESEO O NO SE QUE LE ABRI MIS PIERNAS Y LO TRAJE ENCIMA MIO PARA QUE NUEVAMENTE ME META ESA RICA PINGA Y ME SIENTA SU MUJER SU PUTA SU HEMBRA, ME MOVIA INCANSABLEMENTE SUDABA Y MI PECHO RESBALABA SOBRE EL DE EL, YO SEGUIA MOVIENDOME Y EL ME REPETIA A CADA RATAO QUE ERA SU MUJER SU PUTA SU HEMBRA, Y ME DECIA QUIEN ERA EL YO LE DECIA MI CACHERO, EL ME DIJO QUE DIJERA QUE ERA MI MARIDO, YO LE DIJE SI AMOR ERES MI MARIDO Y YO TU PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, ME VACEE RIQUISIMO ME MOVIA MAS Y MAS HASTA QUE SENTI COMO GEMIA MAS FUERTE MI MACHO Y SENTI QUE UNA VEZ MAS ME VACEABA TODO SU RICA LECHE Y YO LA RECIBIA CON ANSIAS, DESCVANSAMOS UN RATO ME DUCHE Y SALIMOS DEL HOTEL, TRE CONFIEZO AMOR YO TENIA PENA DE DEJAR ESE CUARTO QUERIA SEGUIR, PERO TODO TIENE SU FINAL, SALIMOS SUBIMOS A SU CARRO Y ME DEJO EN LA PUERTA DE LA CASA NOS DESPEDIMOS CON UN BESO APASIONADO Y ME DIJO QUE NUNCA ME DEJARA QUE SERA MI MACHO Y YO SU MUJER, LE DIJE NO, AQUI TERMINA TODO, TERMINA SI TERMINA, ME MIRO Y ME DIJO, PIENSALO AMO, Y AQUI ESTOS AMOR MIO A TU LADO, SOY TU MUJER, Y HARE LO QUE TU ME DIGAS, TE AMO, LA BRACE AUN CON MAS FUERZA Y COMO TENIA LA PINGA QUE ME REVENTABA, LA HECHE EN LA ALFOMBRA LE LEVANTE SU MINIFALDA Y COMO NO LLEVAVA TANGUITA LE METI MI PINGA DE UN SOLO TIRON, ENTRO COMO SI NADA PORQUE ELLA AUN ESTABA MUY MOJASDA CON AMBAS LECHES LE DIJE QUE ERA MI MUJER QUE ESTABA RIQUISIMA, QUE YO LA COMPLACERIA EN TODO, TODO LO QUE ME PIDAS AUN SI QUIERES VOLVER A SALIR CON MIGUEL, ME BESO Y ME DIJO NO AMOR SOLO CONTIGO, YA EL TIEMPO LO DIRA.

ASI ES AMIGOS COMO ME HICE CORNUDO, UN CORNUDO FELIZ, SINO PREGUNTEN A OTROS QUE HAYAN VIVIDO LO MISMO QUE YO, RECOMIENDO A LOS VISITANTES DE ESTAS LINDAS PAGINAS QUE PRUEBEN LO MISMO
 

Del Pueblo a la Ciudad

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Su primera experiencia fue en la salida del colegio .

Allí estaba él con toda su experiencia acumulada.

Ella con 14 años y él con 19 .

Ella incauta y con avidez de aprender y él en cambio con un cúmulo de sabiduría y hecho un gallo con espolones.

La mirada lánguida de ella , proporcionó al otro la posibilidad de darle cobijo a una chica que habiendo abandonado el pueblo y sin padres en la ciudad aunque sí con hermanas , había encontrado un momento de libertad.

Sus primeras conversaciones ya demostraban lo cruel del encuentro.Mentía sobre su situación , le hacía creer que su familia era importante y ella ciega como estaba creyó tener un mirlo.

El mirlo cada tarde la esperaba a la puerta del colegio.

Sus otras dos amigas tenía cada una su propio mirlo.

Y así cada una se despedía de las demás marchando de la mano de los mirlos.

Así pues y de la mano , ella se encontraba con un medio novio que la esperaba , la acompañaba a casa buscando los sitios más recónditos.

Aquella zona del barrio estaba en un cambio constante pero aún quedaban calles solitarias y con poca luz que servían muy bien para encuentros , manoseos , susurros y besos robados.

Los portales de algunas viviendas vacías podrían contar muchas vivencias de entonces.

Los dedos se hacían huéspedes de aquella carne blanca y además a estrenar.

La lengua voraz se introducía en su boca y estallaba en babas abundantes que estremecían la mente y el cuerpo.

Mientras duraban los besos , los dedos exploraban zonas más bajas y ora las tetas , ora las bragas , allí estaban ellos horadando la intimidad y abusando de tanto encanto .

Los días se sucedían . Los estudios se relajaban pero ella estaba feliz .Tenía lo mismo que sus amigas y su cuerpo saboreaba la admiración de un hombre por ella.

Eso le llenaba de gozo y su relación constante y atosigante la embargaba , la turbaba pero a la vez la deseaba.

La tenacidad del día a día iba consiguiendo cada vez más sus frutos.

Ya no era necesario apartar las manos de ella para abrir sus prendas.

Directamente buscaba aquellos senos tersos y abundantes que como montes erguidos pugnaban por salir de la cueva del sujetador y querían ser lamidos y tocados.

No existían barreras para ello .

Sus sensaciones estimulaban más y más la líbido de ella.

Con los calentones vespertinos su relajación iba a más.

La falda corta del colegio era a menudo levantada y los muslos sólidos como columnas eran acariciados a la vez que la besaba.

Sus dedos se acercaban cada vez más a la zona púbica .

Sus palpitaciones se aceleraban más y más.

Temía perder el control y así un día y otro.

Luego llegaban los sábados y entonces la tarde era más larga y los recorridos podían cambiar de ruta .

Pero la casualidad siempre estaba ligada a zonas más o menos oscuras y sin gente.

El ataque era feroz .

Las bocas se buscaban impetuosas.Sus lenguas trabajaban de lo lindo.Aquel intercambio de fluidos aumentaba la temperatura y la relajación.

Aprovechando en el parque la zona más oscura y burlando por fin la entrada de la braga, sus dedos acariciaron el bosque .

El bosque estaba poblado y una vez asaltado , la aventura continuó.Los dedos exploraban incansables todos los caminos posibles .

Bien por arriba , bien hacia dentro la exploración consumó y su rajita soltó un grito de placer que la colmó y ese fue su primer orgasmo.

Ella sólo ha reconocido que tuvo uno , pero la insistencia propició más de uno.

Para hacer menos resistente el asalto diario , llegaban los regalos.

La diferencia de edad , la capacidad dineraria y los continuos agasajos permitían controlar la voluntad más fácilmente.

Un día de cumpleaños aquello fue extraordinario.

El obsequio fue un reloj.

Aquel regalo de alguna forma se lo había ganado , pero ahora ya existía un símbolo compartido que lla lo portaba a diario y se sentía esposada al mismo.

Esa cadena hacía consentir aún más el acoso diario.

Al parecer salvo la mano no hubo otras formas de exploración de la vulva.

Al mirlo le tocó la mili y aquello fue desapareciendo porque encontró el engaño que le daba con alguna otra.

Aquello se desvaneció pero quedó el grato sabor y la experiencia acumulada .

Por eso nuestro primer beso estaba lleno de sensaciones para mi y supoingo que para ella de recuerdos.

Una buena noche después de muchos años y al acabar una cena de amigos , me contó todas sus experiencias anteriores y después de cuatro horas de charla nos encaminamos a la cama.

Primero fue uno .luego de un pequeño sueño otro y así hasta cuatro hasta el mediodía.

Después de aquello le confesé que deseaba volver a verla con el mirlo y que lo hicieran delante de mi.

Por mucho que insistí , aquello no cuajó.

Hoy el recuerdo sigue latente y me pasa el mirlo por delante de mis barbas
 

Invite a un Amigo

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Un día invite a un amigo, es un vecino que vive junto a la casa, el tiene 18 y nosotros 25 lo invite a tomarse unos tragos, dado que estábamos aburridos le llame por teléfono y el paso por la azotea, por lo general no invito amigos ya tarde, ese día le dije que jugáramos cartas ya era algo noche y seguimos tomando unas copas, mi esposa estaba dormida en la recamara de arriba, siempre he sido algo exhibicionista cuando hacemos el amor, mi amigo estaba sentado en la sala jugando cartas, al calor de las copas empezamos a platicar de mujeres y por mi propia cuenta le dije “no te gustaría ver algo?” a lo que acudí a mi laptop… La encendí y mientras estábamos escuchando música le dije que tomamos una sesión de fotos mientras teníamos sexo mi esposa y yo posteriormente le dije si quería verla, a lo que el respondí que sí. Le mostré algunas fotos que he llegado a subir a internet, el parecía algo distante cuando se las mostré pero llego el momento en que me tope con un viejo video donde estábamos cogiendo algo duro y mi amigo comenzó a interesarse, yo algo morboso en la idea de preguntarle a mi amigo, me decidí y le dije “Te atreverías a metérselo?” mientras le preguntaba una foto del trasero de mi mujer aparecía en pantalla, el dijo que si… que se le veía rico.

Ese dia no llegamos a mas…

La siguiente semana mi esposa y yo estábamos tomándonos unos tragos, eran como las 10 de la noche mientras estábamos empezando a tener sexo le dije si le gustaría que alguien nos observara mientras teníamos sexo, al principio se negó y me respondió “Te atreverías a hacer algo asi?” ella como mujer pudorosa me dijo que no… pero estábamos algo tomados y le mande un mensaje a mi amigo para verificar que estaba haciendo y en el mensaje le dije “hoy es el dia” y el me respondió que no entendía nada… al mandarle el mensaje a mi amigo mi esposa volvió a preguntarme si estaba seguro de invadir nuestra intimidad invitando a un amigo mas… le respondí que no había ningún problema, que solo nos observaría. Y que no sucedería nada, ella lo pensó y me miro (por un momento pensé que me diría que no) después dijo “Esta bien tráelo” entonces me dispuse a llamarle a mi amigo Ángel.

Pasaron las horas y cuando dieron las 12 de la noche mi amigo estaba esperando en la azotea, el un chico que en realidad nunca había tenido ninguna experiencia sexual, estaba atravesando la azotea y nos dirigíamos hacia la habitación donde estaba recostada mi mujer con un negligé transparente y tapándose la cara con las cobijas, mi amigo se mantenía bastante lejos, nosotros algo tomados le invitamos una copa para que se aligerara el ambiente, le di mi celular y comencé a hacerle sexo oral a mi esposa… ella gritaba frenéticamente y mi amigo nos video grababa con mi celular, algo expectante Ángel y Fátima parecían algo cohibidos por esas combinaciones forzadas, pero empecé a charlar con los dos y diciendo que no había ningún problema y que yo no estaba celoso.

Mi lengua pasaba por los labios de la vagina de mi mujer, mientras Ángel nos veía de cerca, al mirarlo me di cuenta que Ángel estaba bien erecto, cosa que a mi esposa le gusto bastante. Ella parecía algo tímida pero poco a poco fue explayándose, Angel parecía interesado en aquellos Blancos y redondos senos que poseía mi mujer, yo por mi parte introduje mi verga en la vagina de mi esposa y empecé a cogérmela al estilo misionero (el común) mi amigo parecía incrédulo de lo que estaba viendo.

Poco después le dije a mi esposa que yo apagaba la luz para que se pusiera de a perrito, a lo que contesto que si, empecé a hacérselo continuamente pero al estar tomado le agarre la mano a mi amigo y la puse sobre el culo de mi esposa, ella no parecía que eso le importara…

Mientras embestía a mi mujer y mas excitado de mi que mi amigo estaba manoseando su culo, el se fue hacia los senos de ella y empezó a acariciarlos, parecía muy interesado en esos senos hermosos, ella tomo la iniciativa e intento bajarle los pantalones a mi amigo, el se asusto y miro a mi esposa diciéndole “espera… espera…” ella le dijo “Tu si puedes manosearme y yo a ti no?” pero el termino por aceptar y mi esposa empezó a hacerle sexo oral.

Al estar en esa posición decidi sacar el celular de nuevo, porque la luz estaba apagada… mi esposa estaba de a perrito y lo hacíamos duramente… ella gritaba exitada pero se escuchaba su boca llena, después mi amigo empezó a exitarse mucho, saque mi miembro de aquella abertura y mi esposa dejo de chupárselo a mi amigo, ella pudo saborear el pene de Angel dijo que después que estaba algo salado, El parecía un poco asustado por lo que estaba sucediendo, mi esposa acerco su culo hacia Angel lentamente… Fátima parecía muy exitada y golpeaba con sus caderas la cintura de Angel, el entendió la idea y no pudo introducir su pene en mi esposa, a lo que ella le ayudo y lo guio dentro de su panochita, Angel estaba muy exitado y saque el celular para grabarlos cogiendo… mi esposa me dijo algo enojada “apaga esa pinche luz” pero no hice caso y los grave, el metia su pene en la vagina de ella y estaba muy excitado, ella intentaba contener los gritos para que yo no la escuchara, Ángel comenzó a moverse más rápido y ella a masturbar su clítoris, los gritos y velocidad iban aumentando, el tomo muy duro a Fátima por la caderas y como si quisiera llegar hasta el fondo de ella, acabo y los dos estaban agitados, rápidamente despedí a mi amigo y volvimos a la azotea, al volver…



Estaba ella acostada con las piernas recogidas, ella no tuvo un orgasmo, ni yo asi que continuamos el acto de forma más privada, aun se sentía el semen de mi amigo dentro de ella cosa que nos excitaba a los dos, empecé a hacérselo duro y en cuestión de minutos ella termino con semen de dos hombres en su panochita
 

Sesion Anal

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Culo Caliente

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Orgia en la Playa

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Pelirroja Cachonda

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Hardcore Sex

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Culonas Fiesteras

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Asiatica Cachonda

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Brianna Beach Culo 2

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Brianna Beach Culo

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Culo y Concha divino

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Este Culo No Se Hizo Cagando

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Sexo Adolescente

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El Leñero Calenton

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El Juego del Sexo

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Un trabajito bien hecho

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Chupa la Vagina como Loca

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Colegiala Cachonda

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Rico baño de Lesbianas

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Mi Primita Caliente

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Todo comenzo un dia en que mi prima me pidioque la acompañara a la casa de un tio porque tenia que quedarse en la noche con sus primas chicas, yo acepte luego que los tios salieros jugamos play un rato y luego nos fuimos a dormir(juntos en la misma cama),ella se hizo la dormida y yo comenze a acariciarla suavemente en su vientre y con mi dedo acariciaba su choro virgen.
muy suave por encima del calzon ella no decia nada solo respiiraba agitadopoco a poco fui metiendo mi mano en su chorito hazta que me pidio que le metiera en dedo, ella saco mi pene y lo acariciava, eso fue todo por esa vez.
pasado un par de años nos juntamos en mi casa a ver una pelicula fue con su pololo nos sentamos uno a cada lado y ella al medio, nos tapamos con una covija y comenzamos a ver la pelicula,al rato senti que una mano acariciaba mi pierna muy suave y luego mi pene . yo estaba con pijama y metio su mano dentro y me acariciaba mi pene mientras besaba a su pololo.
yo por mi parte comenze a manosear su choro muy suave pa que no se diera cuenta su pololo, despues el fue al baño y quedamos n rato solo, nos miramos y nos dimos un beso,yo con mi mano perdida en su choro y ella agarrada de mi pene, luego me dijo que al otro dia me invitaba a ver una pelicula a su casa, yo acepte, justo ahi llego el pololo del baño y la conversacion quedo hasta ahi.
al otro dia me llamo por celu y me dijo si iba a ir aver la peli ya que sus papas no iban a estar y su pololo tampoco, le dije que si altiro. al rato fui a su casa me habia dejado la puerta habierta entre a su habitacion y estaba ella en su cama y me dijo ven metete en la cama pa ver la peli haciendo como que nada hubiera pasado.yo me meti debajo de la cama con ropa nos quedamos viendo tele u rato cuando enpieza a acariciar mi pierna y mis bolas luego mi pene, me dice levanta la covija yo lo hago y sopresa estaba sin calzones solo con na polera apretada,me pidio que la acariciara yo accedi altiro y comenze ebesar sus pechos y con mi dedo masajear su choro que ya estaba jugosito luego me pidio que le chupara su choro vaje altiro y empece a pasar mi lengua por su clitoris le chupaba todo su choro que estaba jugoso luego ella se acomodo y empezo a chupar mi pene, le dije que hicieramos un 69 y accedio nos chupamos hazta que acabamos, seguimos haciendolo cada vez que podiamos, le llamabamos "masajes". de esto a pasado un par de años y seguimos dandonos "masajes" pero sin penetracion, mi pria ya ha crecido le crecieron las tetas y el culo esta muy rica, hace poco me llamo pa que le diera un"masaje" fui encantado porque sabia que hiba a chupar chorito jugoso y rico pero cuando llegue a su casa me dijo que estaba aburrida de los masajes queria que la penetrara, yo no mo hise el rogar y comenze a besarla, manosearla por todos lados ella estaba caliente, se notaba a kilometros, me dijo por favor meteme tu pene en mi choro jugoso,por supuesto que si le dije yo y le dejo caer mi pene duro como un palo en su choro que estaba hirviendo ahhh que rico dijo metemelo mas, se lo sigo metiendo la ponia de una forma y otra hazta que me dijo que queria darme un regalo, me dijo que nunca se lo habian metido por el culo y queria que yo fuera el primero, yo acepte altiro con mi dedo comenze a lubricar su culo hazta que se mojo y empaze a meterlo de a poquito a ella le dolia pero me decia que no parara, cuando lo moti todo me dijo detente dejelo adentro, pare y ella comenzo a moverse suave, luego mas fuerte , y despues casi me desarmaba con cada cula que me pegaba gritaba como loca y me decia te gusto el regalito, quiero que me rompas el culo y saltaba arriba mio yo no aguante mas y le di toda mi leche por el culo, ella saco mi pene medio muerto lo limpio bien luegoempecho a chuparlo hazta que denuevo estaba tieso como un palo, me tiro en la cama se monto sobre mi,tomo mi pene y se lo metio en el choro, comoenzo a cabalgarme con una fuerza que parece que me lo queria cortar se sacudio tanto hasta que se vino por ultima vez y cayo al lado mio totalmente agotada descazo un rato y me dijo que queria que se la lamiera otra vez se la lami hazta que acabo otra vez, luego de eso nos fuimos a bañar y vimos la pelicula. hzta el dia de hoy me tiro a mi prima ella esta casada y yo tambien pero cada vez que podemos nos damos un "masaje".
 

Me Voy a Follar a Tu Mujer

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Eran casi las dos de la tarde y en la playa no había mucha gente. Desde la tumbona contemplaba a mi niña de 9 años jugar en la orilla con sus amiguitas, vigilando que no se acercara mucho al agua, pues había oleaje. De vez en cuando echaba un vistazo al periódico que ya había leído dos veces en la mañana, o simplemente cerraba los ojos dejando que el sol me diera en la cara. Aun quedaban 10 tediosos minutos para volver al apartamento, donde mi esposa, Claudia, debía estar preparando la comida con la ayuda de su madre. Hacía casi media hora que las dos se habían marchado de la playa.
De repente, una voz masculina, surgida casi de la nada, me susurró al oído una frase impactante:
- ¡Me voy a follar a tu mujer!
Sobresaltado me incorporé y vi un hombre algo alto y moreno que se alejaba de mí. No pude verle la cara, pero por detrás parecía un tipo bien plantado, musculoso y bronceado. Me quedé perplejo y con poca capacidad de reacción en esos momentos, mientras el individuo desaparecía entre las rocas que escoltaban el camino de entrada a la playa.
Pensé que se trataba de un lunático, o bien que se había equivocado de persona, pero aún así las palabras que me había soltado, tan directas y ofensivas, me rebotaron en el coco durante un buen rato, provocándome una inquietante desazón nerviosa.
Cuando llegué al apartamento, ya apenas me acordaba del episodio. Tras la comida, mi mujer acostó a la niña y me dijo que se iba a la playa. Al escucharla, saltaron en mí unas estúpidas alarmas. En realidad todos los días ella se iba a la playa a esa hora, y jamás se me había ocurrido pensar en nada extraño en ello, es más ella me invitaba a veces a acompañarla, algo a lo que yo siempre me negaba poniendo como pretexto el calorazo de esa hora.
El caso es que en esta ocasión ella no me dijo nada de acompañarla y a mí me entraron ganas de hacerlo.
- Me voy contigo - le dije muy animado.

- ¿De verdad? - respondió ella, claramente extrañada - Esto sí que es una novedad.

- Pues sí, no sé, hoy me apetece pasar un rato allí, contigo - le contesté, ocultando el auténtico y ridículo motivo.

- Que raro, siempre te quejas de que si a estas horas no hay quien aguante el sol y me dices que estoy loca, que si el sol no broncea, sino que quema, que si es mucho más saludable echar una siesta.

- ¡Vale, vale! - la corté - pero alguna vez se puede cambiar de opinión, o ¿es que no quieres que te acompañe?

- No, no, en absoluto. Por mí, encantada, así verás que no se está tan mal. Además, suele soplar una deliciosa brisa. Me doy una ducha y nos vamos para allá.
Fueron tan naturales las respuestas de Claudia que me sentí un estúpido celoso sin fundamentos. En realidad no me apetecía en absoluto volver a la playa, sino quedarme tan a gusto en el sofá vagueando con la tele y con el periódico de la mañana, leyéndolo una vez más. Pasó el tiempo necesario para que, cuando Claudia ya estaba lista, yo hubiera renunciado definitivamente a irme con ella.
- ¿Nos vamos? - me dijo, toda alegre y risueña.

- ¡Puff! Lo he pensado mejor y … creo que me voy a quedar.

- ¡Vaya hombre! ¡Yo que me había hecho ilusiones! - y me miró, como esperando algo más - ¿Por qué has cambiado de opinión? - añadió, menos sonriente.

- Es que ya me he apoltronado y se me han pasado las ganas de sol - contesté, intentando seguir siendo convincente.
Claudia manifestó por unos instantes su claro descontento, pero no insistió en llevarme con ella.
- Bueno, no sé de qué me extraño. La tele, el periódico, el mando de la tele, el periódico, la tele… je, je ¡menuda diversión! - ironizó, no con mucha simpatía - En fin, yo me voy. Si cambias de opinión, ya sabes dónde estoy.
Y Claudia se fue, meneando su culito con la feminidad que la caracteriza. Y yo me quedé ahí, en mi sofá, con la tele, el periódico, el mando de la tele…. y mi suegra.
Hasta que, tras vaguear un rato aburridamente, empecé a pensar en las palabras irónicas de Claudia, dándome cuenta de que ese podía ser uno de los pocos momentos de intimidad que podíamos tener, pese al calor. Tras diez años de matrimonio y otros cinco de noviazgo, ya había, obviamente, cierta rutina en nuestra relación de pareja y pocos momentos que aportaran algo de chispa y novedad. Tal vez acompañarla a esa jodida hora de la tarde podría romper un poco la rutina y alegrarla.
Me la imaginé allí, sola en la playa, y me entró una extraña sensación de tenerla un poco abandonada. Fue entonces cuando de nuevo retumbaron las palabras que escuché por la mañana “Me voy a follar a tu mujer”. Varias preguntas surgieron en mi mente ¿Estaba suficientemente a gusto conmigo? ¿Necesitaría algo más? ¿Es posible que el tío ese de la playa se la hubiera ligado? Celos, inquietud y un extraño cosquilleo se juntaron para hacerme saltar del sofá, presto para ir a la playa con mi querida Claudia.
Al llegar, la vi tumbada sobre la arena, muy cerca de las rocas existentes en ese extremo de la playa. Casi no había nadie en la playa y antes de acercarme, me quise dar un homenaje visual. Llevaba un bikini rojo carmesí, de esos que se anudan con lazos, dejando al descubierto buena parte de sus generosos pechos. Claudia es una mujer muy atractiva, a sus 32 años, con una figura muy cuidada y de curvas muy femeninas, morena con el pelo muy liso de media melena, con facciones suaves y redondeadas y ojos marrones de color miel. Su esbeltez la hace más alta de lo que realmente es, destacando sus pechos, grandes para su figura, y los muslos, carnosos y redondos, dando también algo de contrapunto al resto de su cuerpo mucho más estilizado. Me fijé, no sé por qué, en su monte de Venus, escondido bajo la tela del bikini, abultado y sobresaliente, pese a no ser excesivamente velluda en esa zona del cuerpo.
Espiarla así, a escondidas, me hizo verla con otros ojos, y admito que me gustó, tanto que hasta empecé a empalmarme.
En ese momento salió del agua del mar un windsurfista y se acercó a mi esposa. Instintivamente retrocedí, intentando ocultarme lo más posible. El hombre llegó donde ella estaba y empezaron a conversar. Aunque estaba algo lejos vi que, por su altura y figura, el hombre podía ser perfectamente el lunático de la mañana, algo que hizo que mis nervios saltaran a flor de piel. Tras unas breves palabras él se retiró, dejando a mi mujer tan sola como antes y a mí mucho más tranquilo y dispuesto a reunirme con ella. Mientras me acercaba, de repente ella llamó con un “oye” al individuo que ya estaba a cierta distancia, y este volvió sobre sus pasos. Retrocedí otra vez, todo mosqueado, mientras él acudía presto a su llamada. De nuevo hubo unas palabras, pero esta vez Claudia se levantó, cogió su bolsa de playa, se anudó el pareo a la cintura y ambos caminaron hacia la caseta donde se apuntaban los alumnos que querían dar clases de windsurfing, entrando en ella y cerrando tras ellos la puerta. Ni qué decir tiene que me entraron unos celos terribles, pensando que tal vez lo de la mañana era cierto y que Claudia se había metido allí dentro con él para follar, sin que yo, desgraciadamente, pudiera hacer otra cosa más que esperar a que salieran de nuevo.
Apenas habían pasado un par de minutos de insufrible espera y estaba hecho un mar de dudas. Por un lado valoraba la conveniencia de entrar a saco por la puerta de la caseta, con el probable riesgo de poder meter la pata soberanamente. Por el otro podía quedarme ahí, esperando a que ellos salieran de nuevo, pero ¿Qué haría entonces? ¿Armar la de Dios, sin saber si realmente se habían acostado o no? Mientras pensaba qué hacer, involuntariamente me moví, rodeando la estancia, viendo que, adosada a la caseta por la parte posterior de aquella, había como otra estancia anexa mucho más estrecha, y una pequeña puerta de entrada a la misma.
Sin dudarlo, me colé en el estrecho recinto. No había ventanas, sólo unos ventanucos en la parte más alta de la pared contigua a la caseta principal. Pese a tener unas tenues cortinillas, permitían la entrada de la luz de aquella. Me percaté de que era el almacén donde se guardaban las tablas y velas de windsurfing, material que lo ocupaba casi todo.
Empecé a estudiar el modo de asomarme con cautela a alguno de los ventanucos, ya que mi escasa altura no me dejaba alcanzarlos sin alguna ayuda. Encontré un taburete y moví con cuidado los utensilios de windsurfing apilados en la pared para hacerme el hueco necesario. Ya me iba subir, cuando escuché con nitidez el ruido producido al abrirse una lata de bebida y la voz de Claudia diciendo “muchas gracias”. Eso ya me tranquilizó y mucho más cuando al asomarme por el lateral de la cortinilla de uno de los ventanucos, al que faltaba el cristal, vi a mi esposa sentada, bebiendo tranquilamente una coca cola, mientras el “supuesto” amante silbaba tras una puerta que supuse debía ser un cuarto de baño. Tal vez era eso lo que Claudia le había pedido, ir al baño, y él, galantemente, le había ofrecido después un refresco. Me empecé a sentir de nuevo ridículo y mal pensado, dudando incluso en salir de nuevo a la playa.
Pero cuando el tío salió del baño, todo cambió. Primero porque me sorprendió ver que su traje de neopreno estaba a medio quitar, con la parte superior colgando a su espalda, mostrando su torso desnudo, bronceado, musculoso y sin vello alguno, y segundo porque a esa cercana distancia casi podía ya asegurar que el pájaro era el de la frasecita de la mañana. ¿Qué coño estaba pasando realmente allí? Miré a Claudia y la vi impasible, con su lata de coca cola en la mano, eso sí, siguiendo al tío con la mirada, mientras él cogía unas zapatillas y se metía de nuevo al baño. La cosa ya no me parecía tan inocente, ni mucho menos, y mis dudas respecto a marcharme se disiparon por completo.
Si la primera aparición del tipejo ya había sido espectacular para mí, la segunda me dejó atónito. Ahora ya salió sin su traje de faena, totalmente desnudo, mostrándose sin tapujos a la vista de mi querida esposa a la que casi se la cae la lata al verlo aparecer como Dios le trajo al mundo. La verdad es que él ni la miró, simplemente se movía por la estancia como si estuviera buscando algo. Pero la que sí miraba era Claudia. Lo hacía a hurtadillas, nerviosamente, aprovechando los momentos más propicios para no ser cazada y esforzándose en espiar sobretodo el trasero del tío y lo que colgaba en la entrepierna, una polla que, aun en reposo, presentaba unas considerables y envidiables dimensiones. Seguramente ella estaba incómoda, pero a mí me dio la impresión de que no le disgustaba en absoluto gozar de tan sugerente espectáculo visual.
El caso es que, ocultando parcialmente sus vergüenzas, el tío acabó dirigiéndose a Claudia:
- Oye, tengo un pequeño problema, mi compañero se ha llevado en su bolsa mi bañador y no vuelve hasta las seis cuando empiezan las clases. No tengo nada que ponerme.
Vaya historia absurda, pensé de inmediato. Estaba claro de que todo era una treta para exhibirse ante mi esposa. Siempre cabía la posibilidad de que se pusiera de nuevo el traje de windsurfista, o una simple toalla que seguro había en el baño. Sin embargo mi esposa no debió caer en esa posibilidad. Con la cabeza gacha, sin querer mirarle, sólo contestó inocentemente:
- Mejor será que me marche, no quiero que estés incómodo - como si ella no lo estuviera.
- Por mí no hay problema - contestó él - te hago la cura en la herida en un santiamén y listo.
Al oír al chico me acordé de que la tarde anterior Claudia vino con una herida en la pantorrilla que, según ella, se había hecho en las rocas de la playa. La herida estaba limpia y desinfectada y pensé que ella misma se la había curado. Pero era muy posible que la cura se la hiciera él, o sea que ya hubieran estado allí mismo la tarde anterior. ¡De modo que era eso! Me vino un pequeño y celoso escalofrío, pero si algo estaba claro era que ambos guardaban unas distancias más que suficientes como para pensar que hubiera habido algo lujurioso entre ellos.
- Hombre, es que no sé - replicó ella, alzando la vista y sonrojándose al toparse de lleno y de frente con la virilidad desnuda del hombre, aunque con su rabo medio escondido por sus manos. Los ojos grandes y azules de ese hombre hasta a mí me impactaron. Ella bajó de nuevo la mirada y siguió - tú estás desnudo y ¿qué quieres que te diga? A mí me da vergüenza.
- ¡Ah! Lo siento. Yo pensaba que a ti no te imponía la desnudez natural - dijo él con aparente asombro, y se lo pensó antes de seguir con una sorprendente afirmación - al fin y al cabo yo ya te he visto también a ti desnuda, aunque sólo haya sido de cintura para arriba. - y dicho esto se acercó algo más a Claudia y quitó las manos de su polla, dejándola completamente al aire.
La rotundidad de las palabras del tío me impactó. Claudia reaccionó con rapidez y algo mosqueada, cruzando su mirada con la de él:
- ¿Qué estás diciendo? Tú estás mal. ¿Cuándo me has visto a mí los pechos? ¿A qué juegas?
- ¡Oye, que es verdad! Creo que fue antes de ayer cuando hacías top-less en la playa - contestó él con la misma rotundidad que antes.
Yo esperaba una rápida réplica de mi mujer, negándolo, pero ésta, por desgracia, no llegaba. Hizo una mueca de resignación y bajó la vista, aprovechando el momento, sin poder disimularlo, pare echarle un breve vistazo al sexo de él.
- Joder, si sólo fue un ratito - dijo finalmente en voz muy baja, confirmándolo, muy a mi pesar - hay que tener mala suerte para que, por una vez que lo hago, me hayas tenido que ver.
- ¿Es la primera vez que lo has hecho? - dijo él
- Pues la verdad es que sí - contestó una Claudia algo más relajada - Era algo que hacía tiempo me rondaba la cabeza, pero ya sabes, la vergüenza, los prejuicios morales y todas esas cosas. Además mi marido nunca me habría dejado hacerlo. Es un poquito… , ya sabes, …. retrógrado.
Yo alucinaba. ¿Yo retrógrado? Pero si ella jamás me había hablado al respecto. Vamos que no sólo la habría dejado ponerse en tetas en la playa, sino que incluso alguna vez pensé en proponérselo, pero no lo hice por temor a lo ella que me pudiera decir. Menudo monumento a la comunicación de pareja.
La conversación entre ambos siguió, con una Claudia mucho más distendida y sin preocuparse tanto de la desnudez del chico.
- Así que por fin te animaste a hacerlo ¿Y qué sensación te produjo?
- No sé, la verdad es que me sentí rara, como liberada, luchando nerviosamente contra el pudor y …., - ella no terminó la frase, pero evidentemente sabía lo que quería decir.
- Hay algo más, ¿verdad? ¿Tuviste otras sensaciones? ¿Qué pasa? ¿Te cuesta hablar de ello?
- Bueno, un poco sí - Claudia, se lo pensó antes de seguir - es que es difícil de contar, me da algo de vergüenza hablar de ello, y más con alguien a quien solo conozco por haberme curado una herida, alguien del que ni tan siquiera sé su nombre.
- Luis. Me llamo Luis, y hay algo más que conoces de mí - y lo dijo mirándose a la polla, comprobando que, fugazmente, ella lo hacía también.
- Está bien - se animó por fin ella - reconozco que la situación me excitó. ¡Ya está! ¡Ya lo he dicho! - concluyó, alzando la voz, con satisfacción - Lo que no sé es si es normal o no.
- La cuestión es si lo que te excitó fue el hecho de exhibirte. Esa es la pregunta que te debes contestar. A muchas mujeres les pone eso de exhibirse.
Cada vez me gustaba menos el cariz que estaba tomando el asunto. Claudia se había abierto con ese individuo como nunca lo había hecho conmigo, destapando algunos secretos que ni yo conocía, y lo peor es que parecía gustarle haber encontrado en un extraño al confidente ideal, un extraño que conversaba con ellas en pelotas. Incluso empezó a llamarle por su nombre.
- ¿Qué quieres que te diga, Luis? Para qué negarlo. Claro que me gustó sentir la excitación de lo prohibido, y de estar medio desnuda a la vista de cualquiera, aunque fuera en la naturalidad de una playa donde ya hay muchas mujeres que hacen top-less.
- Pues si en la playa tuviste esa sensación, ¿qué crees que sentirías si descubrieras aquí y ahora mismo, tus pechos, con un hombre también desnudo, a apenas un par de metros de ti, en un recinto cerrado? ¿Te lo Imaginas?
Las palabras de Luis, invitándola a volar con su imaginación, parecían sin duda cautivadoras para Claudia. Pese a la tela del bikini no era difícil constatar cómo ahora se marcaban sus grandes pezones El también se dio cuenta sin duda de que la situación era excitante para mi mujer. Otra cosa era que ella tuviera la valentía de llevar a cabo algo así. Como ella se mantenía callada, escondiendo sus íntimos pensamientos, Luis la tentó aún más, de un modo más directo y obsceno.
- Mira te hago una propuesta. Tú te quitas la parte de arriba del bikini y me dejas el pareo para que yo me cubra la polla y el culo.
- A ver, creo que estamos llevando las cosas algo lejos ¿no te parece? - contestó ella, tras pensárselo un rato y sin parecer excesivamente convencida - una cosa es imaginar y otra muy distinta es actuar.
- Tienes razón, son cosas distintas, pero la realidad es la que vale, la que te permite comprobar tus auténticas sensaciones - argumentó él poniéndose en plan filósofo, antes de ir de nuevo al grano - Mira, solo serán unos minutos, el tiempo justo para limpiarte la herida. Luego te marchas ¿Qué te parece la idea?
Supongo que ya había llegado la hora de que yo interviniera, pues era evidente que el amigo Luis estaba ya jugando fuerte sus cartas, con la clara de intención de ir envolviendo a Claudia en sus seductoras redes. No me imaginaba a Claudia desnudándose ante él, ella era una mujer abierta y simpática, pero, sexualmente reprimidilla, de las de polvito en la posición de misionero y poco más. Algunas de mis fantasías sexuales sólo las había podido poner en práctica, yéndome un par de veces de putas, nunca con mi esposa. El caso es que, sorprendentemente para mí, ella ahora callaba y dudaba, supongo que debatiéndose entre el pudor y el morbo de lo prohibido. Y como me interesaba demasiado conocer su reacción final, preferí estarme quietecito. Sucedió, claro está, lo que menos quería.
- Está bien, pero prométeme que no vas mirar y que en cuanto me cures la herida, me pongo de nuevo el bikini ¿vale?
- Mujer, a lo mejor a mí también se me se me escapa una miradita - contestó con un cierto aire de triunfo y haciéndole ver que no estaba siendo ajeno a sus fugaces actos de voyeur, antes de sentenciar - de acuerdo Claudia, procuraré no mirar.
¡Ya! Pensé yo. Menudo caradura, seguro que no sólo iba a mirar todo lo que pudiera, sino que iba a intentar algo más después. Incluso me pareció que su polla comenzaba a inquietarse, algo por otro lado normal, ante la morbosa situación que se estaba cociendo allí dentro. Claudia dudó algo más, pero aquello decididamente no tenía ya vuelta atrás. Se desató el pareo que aún llevaba anudado a su cuerpo y se lo dio a Luis ordenándole nerviosamente:
- Toma, aquí tienes el pareo. Date la vuelta y no te gires hasta que yo te diga. ¡Y no mires!
- ¡Vale! - dijo Luis, cogiendo la prenda anaranjada y semitransparente que le ofreció mi esposa y dándose obedientemente la vuelta, mientras añadía - por cierto, aún no sé cómo te llamas tú.
- Claudia - contestó ella sin más.
Y mientras comenzaba a desabrocharse la parte suprior de su bikini rojo, aprovechó la ocasión de estar él de espaldas, para contemplar a placer el trasero masculino, firme, rotundo y musculoso que se le ofrecía mientras el hombre se afanaba, seguro que con deliberada torpeza, en cubrirse sus partes nobles.
Vaya, vaya con mi esposa, pensé, viendo que no se cortaba un pelo observando ese culo masculino con aparente deleite. Cuando terminó de despojarse de la prenda, la colocó en la mesa y cubriéndose las tetas con los brazos, esperó a que él se tapara antes de darle permiso para girarse.
- Bien, ya está. ¿Me haces la cura en la herida?
El no se giró todavía. Se acercó a un pequeño armarito bajo con el símbolo de la cruz roja. Iba ridículamente ataviado con el pareo que, no demasiado bien colocado, le tapaba lo justo, sin contar que se transparentaba un montón. Cogió un pequeño botiquín y por fin se dio la vuelta para acercarse a mi esposa, actuando con naturalidad, intentando amortiguar el incipiente sonrojo de Claudia.
- Y bien Claudia ¿qué tal estás ahora? - le preguntó sin mirarla directamente, arrodillándose a sus pies para iniciar la cura en la pierna. Ella estaba muy tensa, se notaba en sus piernas cruzadas y en el modo en que se abrazaba fuertemente los pechos para ocultarlos a su particular enfermero.
- Extraña - acertó a decir, mientras se acentuaba su sonrojo - esto es algo muy nuevo para mí. Supongo que es cuestión de acostumbrarse, de tomarlo con naturalidad - añadió intentando autotranquilizarse.
- Aún está algo infectada - siguió él, recorriendo con sus ojos las piernas de mi mujer, sin hacer comentario alguno a lo recién escuchado - oye, y aquí ¿qué te ha pasado? - dijo, señalando el muslo de Claudia en el que por la mañana le había picado una medusa.
- ¿Eso? Una medusa que me atacó a traición.
- ¿Y no te duele? Esas picaduras suelen ser jodidas. No eres la primera a la que pica una medusa. Cada día atendemos a alguno más, pero tengo aquí una pomada que es mágica, te lo aseguro.
Fue en ese momento cuando él levantó la vista por primera vez, descubriendo la peculiar pose de Claudia y el encantador color carmesí de sus mejillas. No disimuló para nada un directo recorrido visual a Claudia, poniendo especial atención a la zona de sus pechos que, pese a los intentos de ella por cubrirlos, dejaban al aire sugerentes y redondas zonas. Claudia se estremeció leve e involuntariamente.
- Ponte mejor allí - le dijo Luis, señalando una tumbona de playa que estaba justo debajo del ventanuco desde el que yo espiaba ensimismado.
Aquello había sonado como una orden y mi esposa obedeció sin objeción alguna, levantándose de la silla y sentándose en la tumbona. Luis hizo lo propio en la silla, a su lado y frente a mi vista. Le cogió las piernas por las pantorrillas y las extendió en la tumbona, haciéndola perder el equilibrio. Para recuperarlo Claudia tuvo que agarrarse al borde de la tumbona enseñando por unos instantes uno de sus pechos y su gran pezón, detalle que no pasó inadvertido a los ojos de Luis. El reanudó su tarea de curandero lentamente, con la parsimonia necesaria para mantener el encanto del morboso momento. Al sentarse no se había preocupado de bajarse el pareo y yo descubrí de nuevo a mi esposa aliarse con lo prohibido, espiando con cautela la polla de ese individuo, que, para suerte y gozo de ella, quedaba parcialmente al aire.
Desconocía el rumbo que iba tomar aquello, pero algo me decía que la cura no iba a ser lo único que él iba a hacerle a ella. “Me voy a follar a tu mujer” sus palabras sonaron de nuevo fuertes y punzantes en mí, y por primera vez empecé a convencerme de esa posibilidad imaginándomelo lanzándose ya a lo bestia sobre ella, casi violándola.
- Ya está limpia, Claudia - dijo él de repente, con un tono susurrante y tranquilo, destrozando mis violentas imaginaciones y no sé si también las de mi esposa, que tuvo por fin que dejar de mirar donde no debía para fijarse en la herida ya apañada.
- Bien, vamos ahora a lo otro - volvió a intervenir con igual tono, sin que a mí me quedara muy claro si se refería a lo de la medusa o a algo mucho más atrevido.
Luis rozó suavemente con la yema de un dedo la zona de la picadura, a medio muslo y Claudia se agitó levemente. Ya con la pomada en los dedos, estos se movieron con más presión, extendiendo el ungüento amarillento y dando brillo a la piel afectada. Pero Luis ya no se limitó a la zona enrojecida, sino que empezó a extenderla en el resto del muslo de mi mujer, con círculos mayores, cada vez más cercanos a su sexo. Era tal el atrevimiento del hombre que ella tuvo que retirarle la mano cuando la caricia iba a alcanzar la única parte del bikini que aún llevaba encima, posándola de nuevo donde la picadura. Pese a ello, él reinició la ansiada exploración y esta vez llegó a alcanzar por unos instantes la zona púbica de mi esposa, justo antes de que ella le cogiera de nuevo la mano y la devolviera a su lugar adecuado, pero en esta ocasión sin soltarla, con lo que una de sus dos tetas quedó por completo al descubierto.
Luis alzó la mirada cruzándola unos instantes con la de Claudia. Luego se deleitó un buen rato observando el pecho desnudo de mi esposa. El pezón aparecía grande y turgente, mostrando los síntomas evidentes de su excitación. También la polla de Luis sufría esos efectos, sin que el pareo pudiera ya tapar su creciente erección. Fue ésta la última ocasión de la tarde en la que dudé en intervenir. Me dolía ver a mi esposa entregándose poco a poco y a él recreándose con ella. Estaba ya casi del todo convencido de que si no hacía algo, él realmente podía llegar a follársela, pero necesitaba saber hasta donde era capaz de llegar mi sorprendente esposa. Aunque otra cosa que me resultaba sorprendente y desconcertante era que la polla de Luis no era la única que se ponía en marcha.
Claudia se mantenía callada e inmóvil, y enrojeció de nuevo, sintiendo la devota y directa mirada masculina sobre su cuerpo. La mano de Luis comenzó de nuevo a reptar muslo arriba, sin que le importara tenerla agarrada por la de ella. Esta vez no hubo nada que le impidiera llegar a su objetivo. Alcanzó el coño de mi esposa, sobre el bañador, y tanteó a placer la zona del pubis y las ingles. Claudia se estremeció al contacto, cerró los ojos y echó su cabeza hacia atrás. Soltó la mano inquieta de Luis y se agarró a los bordes de la tumbona con las suyas. Sus dos tetas quedaban ahora generosamente a disposición total del macho y él no despreció la oportunidad. Dejó la silla y se arrodilló junto a ella. La tela del bikini no era ya obstáculo para que su mano palpara directamente por dentro el chocho de mi mujer. La otra se apoderó de una de las tetas y su boca de la otra, sobándolos y besándolos en su totalidad. Luis empujó suavemente con la testa para conseguir que Claudia quedara tumbada sobre el respaldo inclinado de la tumbona, en la mejor disposición para que él buscara con sus besos el cuello, las mejillas y por fin la boca de mi mujer.
Claudia correspondió excitada a su amante, y ambos se besaron usando sin reparo labios y lenguas. Mientras se besaban, ella le obsequió aun más, abriendo sus piernas e incitándole a acariciarla en su parte más intima, algo que Luis hizo de inmediato, arrancándole mayores y excitantes estremecimientos cuando las caricias se concentraron en su clítoris y en el orificio vaginal, donde él la follaba en ocasiones con un par de dedos, investigando la zona por la que sin duda pensaba tirársela después.
El beso fue largo y excitante, sobre todo para mi chica, asaltada en gran parte de su cuerpo por las voraces manos de Luis que iban y volvían sin cesar a los lugares más preciados y excitables, sus pezones y su raja. La entrega de mi esposa era ya total y el que él se la tirara parecía sólo cuestión de tiempo.
Luis se incorporó, se quitó el molesto pareo y se quedó así, de pie, un buen rato. Claudia contemplaba con auténtica devoción y sin pudor alguno el inmenso pollón que él le ofrecía.
- Mira lo que has hecho, niña mala - le dijo él con descaro ¿te parece bien calentarme de este modo?
- ¡Qué cabrón eres! - contestó ella, sin dejar de contemplar el cuerpo desnudo y sin vello alguno del tío, y añadió con un modo de hablar nuevo para mí, lleno de vicio y lujuria - tú eres el culpable, no cumpliste lo pactado. Me miraste las tetas y luego me las has tocado, y el chocho también. Me has puesto caliente. ¡Te lo mereces!
- Pues habrá que hacer algo ¿no? Esto no puede quedarse así.
- ¿Qué? ¿Me quieres follar? - preguntó ella llena de ansia y deseo.
- De momento me quiero comer tu precioso y regordete coñito.
Luis, sin más preámbulos, se abrió paso entre sus muslos y puso su cara frente al rico y jugoso bocado que quería llevarse a la boca, algo que yo mismo había querido hacer tantas veces y que por miedo a su posible reacción jamás le había propuesto a mi querida Claudia. Le quitó el bikini y hasta yo pude cerciorarme de lo mojado que estaba el coño de mi mujer, sobre todo los no muy abundantes pelos que apenas podían esconder su alargada raja. Se quedó un buen rato mirando el sexo recién descubierto, explorando sus rincones, sus prominentes y mojados labios, su vagina enrojecida por la excitación. Tanto le gustaba el espectáculo que ella parecía impacientarse:
- ¿De verdad que vas ser capaz de lamérmelo? - preguntó, tal vez dudando realmente que él lo hiciera.
Luis no contestó, simplemente bajó su cabeza y sus labios y lengua hicieron el resto, provocando que Claudia se contorneara y gimiera, presa del placer, dejándome además aún más como un idiota cuando, en medio de la comida de coño, exclamó roncamente:
- ¡Joder que gusto! ¡Qué maravilla esa lengua! - y añadió mientras hundía desesperadamente con sus manos al amante en su sexo - no sabes el tiempo que llevo esperando para saber qué se siente cuando te comen el chocho.
Yo no veía las maniobras de Luis, pero me las imaginaba. Su cabeza se movía enterrada en el sexo de mi esposa, arrancándole continuos gemidos de gusto. Noté que se acercaba el orgasmo de Claudia y entonces él paró, dejándola con las ganas.
- ¿Qué haces? - dijo ella confusa - ¡Me iba a venir! Vamos, sigue por favor - le suplicó.
- ¡No! - replicó él - No es el momento.
- ¿Cómo que no es el momento? ¿Qué dices? Si estaba a punto.
No sé si era lo que Luis pensaba, pero me dio la impresión de que él prefería tenerla así, excitada y caliente. Dejarla orgasmar podía producir que luego ella, una vez aliviado su deseo, se negara a follar con él.
- Aún no - insistió Luis, echándose hacia atrás y sentándose en los pies de la tumbona, con su verga absolutamente parada.
La cara de Claudia mostró aún su enfado, pero duró poco. La visión del cuerpo del windsurfista, desnudo, mirándola fijamente y con el deseo a flor de piel, la cautivaba. Debió darse cuenta de que él esperaba también algo por parte de ella y se le acercó sonriendo morbosamente.
¡No podía ser verdad lo que se avecinaba! Aquello era la leche. Mi modosita y pasiva esposa se disponía a prestar sus atenciones femeninas a ese individuo al que apenas conocía. ¿Sería capaz de tocarle la polla, o peor aún, de chupársela? Tuve un escalofrío y un fuerte cosquilleo en el estómago, pero eso no hizo que mi empinado sexo se durmiera.
Claudia le plantó un buen beso en los morros y luego fue ella la que se dedicó a explorar con manos y boca el atractivo amante. Mientras le besaba el cuello y hombros, sus manos se deslizaban arriba y abajo por la parte superior del cuerpo masculino, evitando, de momento, alcanzar la desafiante espada que esperaba ansiosa las merecidas caricias. Luis echó aún más atrás su cuerpo y se sujetó a la tumbona esperando ansioso lo que yo esperaba desesperadamente que no sucediera. Pero sucedió. Los besos bajaron a los pectorales y Claudia puso una de sus manos en la polla, arrancando el primer gran suspiro de Luis. Luego le besó y mordisqueó con dedicación las tetillas, mientras sus dos manos acariciaban sin pudor la imponente verga y las pelotas, provocándole más y más suspiros.
- Que grande tienes la polla - dijo ella en voz baja, interrumpiendo brevemente sus besos – Me encanta tocártela, sentir sus venas, su piel suave - ¡Ahh!, voy a disfrutar mucho cuando me la metas.
Estas palabras calentaron aún más a Luis, que no pudo evitar poner una de sus manos en la cabeza de mi esposa, incitándola a bajar, ansiando conseguir llevar esa deliciosa boca a su polla. Claudia se dejó guiar y cuando tuvo la verga de Luis ante ella, se entretuvo un buen rato en besarla, recorriendo por el tronco y por los huevos, descubriendo en sus labios y lengua las sensaciones de una polla grande, erecta y por momento palpitante, pero sin rozar para nada el húmedo glande. Luis quería obviamente más:
- Vamos Claudia, ¿a qué esperas? - resopló ansiosamente - Métetela ya en la boca. Vamos, que me vas a matar de gusto.
- ¡No! - contesto ella con energía, dándome una pequeña alegría.
- ¿Cómo que no? Vamos, mujer. Yo te lo he hecho a ti - suspiraba él impaciente.
- ¡De chuparla ni hablar! - insistió Claudia - Lo que quiero es follar – añadió, dándole un pequeño y único besito en el capullo y echándose para atrás, colocándose para ser penetrada.
Resignado, él obedeció. Tal vez se perdía un manjar, pero el coño de mi esposa, totalmente abierto y listo para él, superaba cualquier otra cosa. Ahora sí que se iba a cumplir la promesa del tipejo ese. Se iba a follar a mi mujer, se la iba a meter, y yo ahí, mirando excitado como un cornudo gilipollas, aunque con la pequeña satisfacción de saber que al menos no iba a conseguir que se la chupara.
Luis no perdió el tiempo, de inmediato se echó sobre ella, con su herramienta bien dispuesta, buscando la puerta de entrada al excitante agujero del coño de mi esposa. No le fue difícil encontrarlo, pues bastó un pequeño empujoncito para que la humedad de su coño la deslizara sin problemas al deseado umbral. Jugó un poquito a desesperarla, rozando sus labios y su estimulado clítoris.
- Bésame - le ordenó Claudia, atrayéndole la cabeza hacia ella. Antes de besarse él contestó:
- Te voy a follar, bombón. Vas a quedar bien jodida.
Se fundieron en un beso de lenguas lujuriosas, y él la penetró de un solo golpe, produciendo un quejido de dolor en ella, que hizo que sus labios se separaran. La sacó y metió dos veces, sin poder evitar manifestar su gusto:
- Dios, qué coño más estrecho, con qué gusto me oprime la polla. Va a ser una delicia follarte.
- Vamos, empieza de una vez. Muévete - volvió a ordenarle ella, antes de besarle de nuevo - pero, ni se te ocurra correrte dentro, no vayas a dejarme preñada.
Y se la folló. Durante casi un cuarto de hora la estuvo bombeando en esa postura, acelerando o ralentizando sus embestidas, evitando que tanto él como ella se corrieran prematuramente. Para mí lo más duro era ver cómo ambos no paraban de besarse mientras se lo hacían. Tal vez un equivocado concepto mío del beso como algo puramente amoroso y de poca carga sexual me engañaba. Era evidente que ahí había poco amor y mucho sexo, y el beso formaba parte de ese pastel sexual que ambos se estaban comiendo. En cambio ver la gruesa picha de ese individuo moverse adentro y afuera del suculento chocho de mi mujer y el deleite que demostraban ambos con ello, me excitaba sin remedio.
Cambiaron de postura un par de veces, siendo siempre Luis el director de orquesta, sin que se dijeran nada. Sólo se oían los suspiros, gemidos, a veces casi gritos, de ambos, sobre todo cuando el ritmo de la follada alcanzaba sus cotas más intensas.
Tras más de media hora de ininterrumpida follada, él hombre puso a Claudia tumbada boca abajo sobre la tumbona, dejando el trasero empinado para follársela al estilo perrito. Era preciosa la imagen del trasero blanco de mi esposa, contrastando con el bronceado cuerpo de su amante. Luis le sobó con ganas y fuerza los cachetes y pasó sus dedos por la raja de su culo y coño, creo que dudando si intentar forzar aún más la situación y penetrarla por el ano, otra de mis fantasías insatisfechas, que ni los días que me fui de putas llegué a cumplir, y de la que tampoco tenía duda alguna de que mi esposa fuera capaz de practicar.
No sé si Luis pensó lo mismo, pero el caso es que al final optó de nuevo por el estrecho coño y reinició la follada, ahora con un ímpetu descomunal, tirando de ella hacia atrás de la cintura mientras le clavaba sin piedad su estaca. Cinco minutos de brutales embestidas hicieron que mi esposa se pusiera a gritar y a agitarse de un modo histérico, corriéndose de una forma que yo jamás había visto. Incluso la oí decir varias veces la palabra “cabrón” entre grito y grito, refiriéndose, claro está, al tío que tanto placer le estaba proporcionando follándosela, aunque quizás el que más merecía ese apelativo era sin duda su marido oculto, viéndola orgasmar como una loca, dominada por ese musculoso macho.
Luis no bajó el ritmo de sus movimientos, tras correrse Claudia, y temí que eyaculara dentro de su coño. Hubiera querido avisarla a Claudia para que lo impidiera, pues ella aún estaba bajo los efectos de su reciente orgasmo y sacudida como una muñeca. De repente Luis sacó su arma del coño de mi mujer y la intentó ensartar en su ano, a lo bestia. Estaba tan dura que consiguió introducir algo del glande, pero no más. La brutal acción hizo reaccionar por fin a mi esposa que al sentir esa polla en el culo se movió lo suficiente para impedir una nueva intentona de él.
- ¿Qué haces, bruto? - le espetó con rudeza
- Deseo correrme Claudia, me has dicho que no puedo en el coño, y había pensado que tal vez …
Luis no terminó la frase, seguramente algo arrepentido por su incontrolado ardor. Mi esposa lo notó y suavizó la situación:
- Está bien. Ya sé que tú aún no te has venido y que debes estar deseándolo - y añadió con una dulce sonrisa - yo me he quedado más que satisfecha con ese pollón que me has metido dentro. Y tú también mereces quedarte bien a gusto, pero, podías avisar antes de hacer algo así. La tienes demasiado gorda y más para un culito virgen como el mío.
No me gustaba lo que estaba oyendo. O me equivocaba o mi esposa le invitaba a sodomizarla y correrse dentro de su culo. Hasta eso parecía ser ella capaz de hacer. Luis entendió lo mismo que yo, evidentemente, y buscó confirmar su permiso.
- Lo siento de veras, pero mira cómo estoy - y enseñó a mi esposa su picha, esplendorosa y sin perder nada de su rigidez. Luego señaló el trasero de ella y la halagó - tienes un culo tan divino, como el resto de tu cuerpo. Déjame que me lo folle.
Mi esposa no contestó, simplemente se volvió a colocar en la misma posición y esperó a que el la sodomizara. Luis lo intentó, pero no iba ser tarea fácil. Mi esposa estaba tensa, y la penetración se hacía muy complicada. La erección del macho empezó a decaer ante la dificultad. Claudia, dolorida, se dio la vuelta quedando frente a él y le dijo:
- Creo que no estoy ahora en situación de que me encules. Es mejor que me la metas y te salgas justo antes de correrte - le propuso ella, razonablemente.
Luis se empezó a masturbar para mantener tiesa su polla, dudando qué hacer. Al final hizo otra propuesta:
- No me gusta mucho esa opción. Prefiero correrme entre tus grandes tetas. Son otras de tus muchas virtudes.
- ¿Quieres una cubana? - Preguntó ella, sorprendiéndome con el conocimiento de tan peculiar práctica sexual. No es necesario que diga que con los pechos que ella tiene, más de una vez me vino la idea de hacerme una paja entre ellos. En fin, eso sí lo hice con una prostituta.
- Me encantará - contestó él decidido.
Tomó las tetas de mi esposa entre sus manos, apoyó su polla al canalillo y la escondió entre aquellas, empezando la cubana que debería llevarle al deseado orgasmo.
Luis se pajeaba entre las grandes tetas de mi esposa, pero noté que él iba subiendo su cuerpo poco a poco y que su pollón asomaba cada vez más fuera del hermoso desfiladero en el que se estaba dando placer, acercándose al rostro de mi esposa. Claudia le miró a los ojos y él debió entenderlo como una advertencia pues de inmediato retrocedió, ocultando de nuevo su instrumento entre los hermosos pechos. Aún así, repitió la jugada y de nuevo la mirada de ella le reprimió. Hubo una tercera intentona que acabó de igual modo y Luis debió pensar que era mejor no correr más riesgos y correrse en ese maravilloso valle, no intentando ya salir de él.
Pero ahí estaba mi esposita, demostrándome una vez más que sexualmente no la conocía en absoluto y que tenía tantas fantasías ocultas como yo mismo.
- ¿Quieres correrte sobre mi cara? - preguntó de repente a su amante, con voz maliciosa y pícara.
Luis, se detuvo en seco, tan sorprendido como yo, al escuchar la propuesta obscena de mi esposa.
- No me hablas en serio, ¿verdad? - y tras una breve pausa, siguió - ¿Me dejarías? - preguntó, todo ilusionado, pero no del todo convencido de que lo que había oído era real.
- Bueno, es una buena proposición, ¿no? Creo que a los tíos os pone mucho hacer esa guarrada, y supongo que mucho más si se lo podéis hacer a una cándida e inocente mujercita casada e infiel, como yo - Claudia parecía divertida con el asombro de su amante - te voy a contar un secreto, a mí me está poniendo mucho la idea de ver tu polla escupiendo semen y mojándome la cara - y recorriendo morbosamente la lengua sobre sus labios, le animó innecesariamente - ¡Anda, que lo estás deseando! ¿Qué dices? ¿Te animas?
- No me lo puedo creer - dijo Luis esbozando una incontrolada y viciosa sonrisa - qué zorra eres Claudia. Claro que me apetece, tus palabras de puta casi hacen que me corra ya, pero me lo voy a tomar con calma. Voy a disfrutar del momento que tan morbosamente me ofreces, cumpliendo tu deseo y el mío. Tranquila, que tengo mucha leche reservada para ti. Vas a quedar satisfecha.
Dio un paso adelante y acercó su espada al rostro de Claudia, reanudando la paja, ahora más despacio, cruzando sus ojos con los de ella, gimiendo y resoplando levemente. Con la mano libre le sobaba uno de los pechos, concentrándose en su pezón.
Mi mujer alternaba sus miradas a los ojos de su excitado amante y a los movimientos de la mano de él en su polla, movimientos que se iban acelerando irremediablemente, conforme aumentaba su gusto. Las delicadas manitas de Claudia subían y bajaban por los muslos de Luis, acariciándolos y toando con los dedos, en las subidas, sus repletas pelotas.
- Me encanta mirar esos ojos de placer mientras te masturbas, y esa polla tan gorda, palpitando sobre mí, lista para derramarse en mi cara - Claudia parecía haberle cogido gusto a hablarle así a Luis. Se daba cuenta del efecto excitante de sus palabras, provocando que subiera el ritmo de su paja. Además no dejaba de mirarle a los ojos con una expresión de vicio para mí desconocida.
- Si sigues hablándome y mirándome así vas a hacer que me corra ya - dijo Luis, frenando sus movimientos e intentando controlarse un poco.
- ¿Me dejas que te la menee yo un ratito? - le dijo Claudia con un encantador tono de niña melosa, capaz de derretir a cualquiera.
- ¡Claro! Es toda tuya. Agárrala con fuerza y sigue pajeándome, como una buena puta, que es lo que pareces.
Claudia le cogió el nabo con una mano y los huevos can la otra, empezando un meneo rítmico y sostenido. Luis bufaba y se retorcía, entornando los ojos para no ver los de Claudia que seguían fijos en lo suyos. Ella paró segundos para calmarle y luego siguió masturbándole, ahora con las dos manos, encerrando la polla de Luis entre ellas.
- Vamos - dijo él, casi con un hilo de voz, apoyando instintivamente sus manos en el pelo de mi esposa - sigue así. Dame gusto, cabrona. ¡Joder, como me la meneas!
Mi esposa bajó la mirada a la herramienta de Luis, sin dejar de masturbarle, y contestó:
- Qué maravilla de pollón, tan grande, tan tieso y tan caliente. Cuanto más tiempo la toco, mas me atrae. Buff, la verdad es que no sé si… - dejó ahí la frase, siguió contemplando unos segundos la verga de Luis, y se la acercó decidida a la boca, metiéndose entre los labios el grueso capullo y una pequeña parte de su tronco, sin dejar de meneársela.
Luis abrió los ojos al sentir la humedad de la boca de mi esposa sobre su polla, y miró extasiado el espectáculo que ella le ofrecía, mamándosela y masturbándole a la vez.
- ¡Dios, que delicia por favor! ¡Me la estas chupando! -exclamó entre suspiros - creía que no te gustaba la idea.
Claudia se sacó el pollón de la boca para hablar:
- ¿Quién ha dicho eso? Antes no te la chupé porque tú me habías dejado con las ganas de correrme - contestó, tras dar dos profundos lametones cubriendo todo el glande - pero tu polla es como un imán - ahora cubrió el capullo por completo y succionó antes de soltarlo - y yo tenía que probar de una puta vez la consistencia de una buena polla entre mis labios. Y me gusta, me gusta mucho sentir su dureza en mi paladar. Creo que voy a seguir mamándotela - y se le metió de nuevo para chuparla.
- ¡Qué puta! Así que antes me castigaste. Tal vez me lo merecía, pero ahora me merezco que me la sigas chupando hasta que me corra en tu cara. A una buena esposa infiel siempre le gusta mamar pollas, sobre todo si no son las del marido - Luis ya movía instintivamente la cabeza de Claudia, acompasándose a las penetraciones que ella dirigía - venga sigue chupando hasta que me corra, no vaya a ser que te arrepientas.
Pero estaba claro que Claudia no se iba a arrepentirse en absoluto. Su cara reflejaba una expresión distinta, no sólo de querer dar gusto, sino de estar recibiéndolo también ella. Cada vez se introducía algo más la gruesa polla de Luis y ya apenas le masturbaba con las manos, utilizando en cambio los labios y seguramente la lengua para dar y recibir más placer.
- Me estoy excitando - susurró ella soltando la verga y llevando una de sus manos a su coño y la otra al trasero de él.
Luis probablemente agradeció que ella le soltara, pues ahora tenía plena libertad para moverse a su gusto, al ritmo que quisiera, utilizando o no sus manos para masturbarse, mientras ella se la mamaba. Decidió no pajearse con sus manos, concentrando sus esfuerzos en mover sus caderas adelante y atrás, follándosela por la boca, mientras le acariciaba el rostro con ambas manos. Sus primeros empujones fueron incluso algo delicados, cuidando de no introducir más polla de la debida en tan deliciosa boca, pero como todo hombre excitado, y él lo estaba, y mucho, su delicadeza se fue transformando en una creciente rudeza, espoleado por los prolongados gemidos guturales de Claudia, que seguía masturbándose, y porque parecía que ella le animaba con la mano en su trasero a penetrarla más salvajemente entre los labios. El tío disfrutaba sin duda como un cerdo.
Durante cinco largos minutos, Luis se la folló por la boca a placer, entre constantes exclamaciones de gusto por parte de ambos, consiguiendo, para mi sorpresa, que, sin aparente esfuerzo ni oposición, una gran parte de su pollón se enterrara una y otra vez en la boca de Claudia,. Era sorprendente su aguante, pero llegó un momento en el que él ya deseaba venirse, y se frenó, sacando su polla del exquisito aposento cuyos rincones había explorado en su totalidad. Masturbándose suavemente se dirigió a Claudia:
- Estoy disfrutando como un enano, zorrona. Ni en mis mejores sueños habría imaginado tener a una bella hembra casada como tú, recién estrenada en la infidelidad, tan a mi merced - Luis se agachó para darle un buen morreo en la boca y se incorporó de nuevo - ahora voy a correrme. Dime Claudia, ¿sigues queriendo que lo haga sobre tu cara? ¿O tal vez prefieres que te llene la boquita de leche? Tú eliges, putita mía.
Mientras Luis le decía estas palabras, Claudia se masturbaba a gran velocidad, ahora con ambas manos. Le costó mirar a Luis y concentrarse en contestar:
- Córrete donde quieras, en la cara, en la boca, en las tetas, me da igual. Quiero saber que se siente con un tío eyaculando sobre mí. ¡Ahhhh! - Claudia soltó un gemido, más grande, tal vez imaginando el anunciado final - Hazlo donde más te guste, cabrón, pero dame tu semen de una puta vez. Vamos, lléname de lefa ya - terminó gritando, con desesperación.
- ¡Vamos a ello! - exclamó él con aire de triunfo - hace dos semanas que no me tiro a una mujer ni he tenido tiempo de hacerme una buena paja. Vas tener una buena ración de leche, putita.
Luis arrimó la punta de su nabo a la cara de Claudia y la restregó unos instantes por ella, como si la estuviera pintando, antes de volver a penetrarla entre los labios y reiniciar una rápida y potente follada que en menos de un minuto le llevó al borde del orgasmo. Debió elegir el rostro de Claudia como lugar donde eyacular, pues la sacó para pajearse fuera de ella, a escasos centímetros. Era un excitante espectáculo ver a ambos, masturbarse y gimiendo como locos. Claudia se frotaba el coño con una de sus manos, mientras que con la otra se acariciaba una de sus tetas. Luis hacía lo propio en su nabo, y con la otra mano se dedicaba a estimular el excitado pezón del otro pecho de mi esposa.
Finalmente Luis dio el inequívoco y prolongado suspiro que anunciaba el inicio de su corrida, manteniendo su cuerpo en su tensión, antes de que al relajarse, con un enorme gruñido, lanzase su primer y potente disparo de esperma que se estrelló con violencia en la nariz y en la frente de mi chica, resbalando el semen rápidamente hacia abajo, mojando su labio superior y entrando en su preciosa boca abierta. Los dos siguientes chorros, tan abundantes y violentos como el primero, entraron directamente en la boca de Claudia, y con toda probabilidad se estrellaron en su garganta, produciendo un respingo involuntario de mi esposa. El resto de la eyaculación, con otros cinco o seis chorros más, menos copiosos, cubrieron todas las facciones de su cara, incluidos los ojos. Luis no la había engañado, los días de abstinencia y casi una hora de continuo y desbocado sexo con un bombón como ella, se habían aliado para provocar una corrida de grandes dimensiones y abundante leche.
Luis se había ya vaciado, aunque su polla aún sufría los espasmos finales de la brutal corrida, mientras ella se afanaba, sin reparo, en obtener su propio y merecido orgasmo. Más calmado, él se dedicó a coger entre sus dedos los restos de lefa depositados en la cara de Claudia y a llevárselos a la boca. Ella, masturbándose como una posesa, recogía y saboreaba con su lengua el manjar que su amante le proporcionaba, y así entre bocado y bocado, arqueó su cuerpo y a empezó a gritar los efectos de su propia corrida, larga, estruendosa y sin duda placentera. Viéndola en este estado de frenesí, Luis ahogó sus gritos metiéndole de nuevo el nabo en la boca, empujándolo con fuerza hasta el fondo, como queriendo demostrarle así su total dominio de macho sobre ella.
Nunca había visto a mi mujer gozar de esa manera, ni hacer tantas cosas sexualmente obscenas y guarras, según nuestro habitual modo de entender el sexo entre nosotros. No voy a poner en duda que estaba cabreado con lo que había visto, pero estaba muy excitado y no me había querido correr en ese momento en el que prevalecían unas ganas enormes de aprovecharme de todo lo que había descubierto de mi esposa, durante esa tarde de infidelidad, más que de mandarla inmediatamente a la mierda, que es lo que probablemente habría hecho en circunstancias normales. Además me interesaba muchísimo ver cómo reaccionaba ella, una vez que se esfumaran los efluvios del polvazo que se había echado con el cabronazo ese y de su segunda corrida. Fueron dos minutos de callada calma, en las que tan solo Luis seguía moviendo suavemente su morcillona polla, bien dentro de la boca de mi esposa, bien rozando con ella su cara, toda pringosa. De repente sonó el móvil de Claudia, y ella, saliendo del trance, se separó con brusquedad y se levantó de la tumbona en la que él se la había follado bien a gusto. Cogió el teléfono de su bolsita de playa
- ¿Sí? Hola mamá - era mi suegra la que llamaba - ¿qué? ¡Que son las cinco y media! ¿Ya?
Normalmente ella volvía a las cinco, hora de la merienda de nuestra hija. El retraso era considerable. Seguía hablando con su madre, acelerándose más y más:
- Dile a mi marido que dé a la niña de merendar ¿Cómo? ¿Que no está en casa? ¿Hace mucho que se fue? ¡Más de una hora! ¡Ay Dios mío! Voy para allá ahora mismo.
- Esto ha sido una locura - se dijo a si misma muy nerviosamente, mientras buscaba su bikini rojo, encontrando enseguida el top del mismo - pero una locura muy muy grande - añadió. Y siguió hablando sola, mientras buscaba y buscaba por el suelo - No sé qué le voy a decir a mi esposo. Vamos, no sé ni cómo voy a poder mirarle a la cara. Además me estará buscando en la playa. ¡Uff! Tengo que lavarme la cara - la verdad es que se la veía bastante descompuesta, hablando y gesticulando casi ignorando la presencia de Luis a su lado - ¡Coño! ¿Dónde está la parte de abajo del bañador? Hay que estar chalada. ¡Mierda, mierda, mierda! ¡Joder! ¡No encuentro el maldito bikini!
Luis sonreía divertido viendo los aspavientos y palabras de Claudia, por no decir el precioso y excitante trasero que quedaba expuesto a su vista, y a la mía, cada vez que se agachaba para mirar bajo la tumbona, buscando su preciada prenda. En esos momentos ella no estaba en una situación cómoda y Luis lo sabía. Sólo él podía ayudarla.
- ¿Buscas la parte de debajo de tu bikini? - le preguntó Luis, aunque ya conocía la respuesta.
- Sí, ¿la tienes tú? - contestó Claudia, asomándose de debajo de la tumbona, donde buscaba infructuosamente.
- Claro querida. ¿Ya no recuerdas que fue yo quien te la quitó, antes de comerme tu delicioso coñito? - le dijo él, rememorando sabiamente una de las muchos placeres conseguidos poco antes con ella, algo que a mi mujer no pareció hacerle mucha gracia.
- Mira, no es momento para bromas ahora. Ya he pasado bastante tiempo aquí. Mi marido está buscándome. Debo irme cuanto antes - dijo ella, alzando la voz y mirándole desafiante - ¡Vamos! ¡Dámelo ya!
- ¡Hey, hey, menos humos! - el rictus de Luis se puso en ese momento serio - ¿Qué pasa? ¿Ya se te ha olvidado todo lo que hemos hecho? - y añadió, ahora sonriendo - ¿Acaso no te ha gustado? Yo creo que te lo has pasado muy bien, follando como una perra en celo. Es más, creo que aun lo puedes pasar mejor, si me dejas probar ese precioso culito que me estás enseñando.
Claudia se puso de pie de inmediato, ocultando su culo en pompa, pero mostrando generosamente a la vista y sin pudor su exuberante parte delantera. Seguía mostrando enfado.
- ¡Debes estar loco, tanto como yo! ¿Es que no has tenido bastante? ¡Venga, dame el bikini de una puta vez!
- ¡No! - contestó él de nuevo con semblante serio - No hasta que me digas que te ha parecido, pero me tienes que decir la verdad.
Probablemente mi esposa se dio cuenta de que no lo iba a tener fácil, si seguía con esa absurda actitud de cabreo contra quien hacía apenas unos minutos se la había follado con su absoluta complacencia y complicidad. Se lo pensó unos momentos hasta que, resignada, se sentó en la tumbona y esbozando una sonrisa, se sinceró con él, regalándole los oídos:
- Está bien Luis, para qué negarlo. Ha sido la hostia. He disfrutado un huevo. He hecho por primera vez realidad muchas fantasías que solo satisfacía masturbándome, y admito que me has follado de puta madre, que tienes un pollón delicioso y que me ha entusiasmado comerme tu rabo. Pero ahora, te lo pido por favor, debo volver a mi realidad, con mi esposo y familia.
Otra novedad para mí, ahora resultaba que mi esposa hasta se masturbaba soñando con machos, con pollas y Dios sabe con qué más. Pero más me sorprendió a continuación Luis, refiriéndose a mí.
- ¿Y por qué no pones en práctica esas fantasías con tu marido?
El gesto de Claudia, al escuchar esa proposición, reflejó muchas dudas al respecto, y sus palabras lo confirmaron:
- Si lo hago creerá que soy una puta. Siempre hemos tenido un sexo de tres al cuarto, rutinario y aburrido, sin variaciones. El es muy tradicional, no le van todas estas cosas. Después de tantos años ¿cómo voy a plantearle todo eso? No, es imposible.
- ¿Por qué no se lo dices, Claudia? - insistió él, y señalando mi posición con el dedo, siguió - tienes a tu esposo ahí al lado, asomado, y ha visto absolutamente todo lo que hemos hecho esta tarde.
Mi shock fue total, no sólo por haber sido cazado in fraganti, sino sobre todo por descubrir que el amante de mi mujer sabía en todo momento que yo le estaba viendo besarla, sobarla, comérsela entera y follársela antes de correrse en su cara y boca. Fue tal mi confusión que sólo al rato me percaté de la presencia de mi esposa a la entrada de la estrecha estancia en la que me hallaba, aún ridículamente subido al taburete. Cuando la vi, tan asombrada y perpleja como yo mismo, aunque ella con el regusto de un polvo espectacular y yo con el de unos cuernos de campeonato, me bajé del taburete y ambos salimos al lugar de los hechos. Luis no estaba allí. Debió salir, probablemente para dejarnos solos, siendo el único gesto que pude agradecerle en esa alucinante tarde.
Durante varios minutos estuvimos sentados en la tumbona del delito, uno junto al otro, sin decirnos nada. Yo no sabía por dónde empezar. Extrañamente no estaba tan cabreado como hubiera querido, para mandarla a la mierda, y tuve que esperar a que fuera ella la que lacónicamente empezara:
- ¡Dios! Por qué no evitaste que pasara todo esto. Estabas ahí, viéndolo todo y te quedaste quieto, impasible. No lo entiendo.
- Tiene gracia - contesté casi sin vacilar - de modo que no lo entiendes. Ahora resulta que el culpable soy yo por haberte dejado hacer todas las guarrerías que has hecho. ¿Qué pasa, tú no tienes nada de culpa en esto? Te recuerdo que nadie te ha obligado, tú misma te has prestado a ello, y además con gusto, realizando tus fantasías con otro hombre, con un desconocido ¿tengo yo la culpa de eso?
- Lo siento - intentó rectificar ella - Me hubiera gustado contarte mis fantasías y haberlas puesto en práctica contigo, pero no sabía cuál podría ser tu reacción. De verdad que lo siento.
- ¿Qué lo sientes? - contesté, menos malhumorado de lo que pretendía demostrar - ¿Qué es lo que sientes? ¿Haberme puesto los cuernos? ¿Morrearte, sobarte y follar con ese tío, al que encima conociste ayer? ¿Haberle comido el rabo y haber gozado como una puta mientras él descargaba toda su leche sobre ti y dentro de ti? - y lo peor que pudo pasarme fue volver a empalmarme recordando esos momentos calientes de la sesión de sexo de mi esposa y su amante. Mi bañador no era suficiente para ocultar la erección, mientras Claudia seguía in tentando disculparse:
- Ya sé que yo soy la culpable, pero de verdad que nada ha sido premeditado. Las cosas han surgido así, sin buscarlas, me fui excitando, casi sin querer, y ya todo vino de corrido - y ahí Claudia se percató de mi excitación. Me miró unos segundos con asombro y callada, antes de añadir con cierta sorna - oye ¡se te ha puesto el pito grande! - y ante mi prolongado silencio, dictó sentencia - ¡No me jodas! ¡Todo esto te excita! ¡Eres uno de esos tíos que disfruta viendo a su mujer follar con otro! ¡Increíble!
Dudé, antes de replicar, pues la verdad es que ni yo mismo lo tenía claro. Y puestos a ser sinceros, así se lo manifesté:
- Mira, Claudia, no sé si es eso lo que me excita o saber que las cosas que has hecho hoy y otras muchas más las podemos hacer juntos. Te confieso que también son fantasías mías y que ya he realizado algunas, pagando a prostitutas por ellas.
Mi esposa me miró fijamente un rato que se me hizo eterno, sin importarle aparentemente mi propia confesión de haberle sido alguna vez infiel, aunque hubiera sido con una meretriz. Luego esbozó una sonrisa, se acercó a mí, me empujó en el pecho haciendo que me retumbara en la tumbona y se arrodilló frente a mi entrepierna. Al bajarme el bañador, mi polla saltó como un resorte. Cerré los ojos, agarré sus dos grandes tetas y me dejé llevar por el maravilloso trabajo de manos, boca y lengua que Claudia inició, por primera vez, sobre mi instrumento. Era fantástico y excitante, tanto que ni me inmuté cuando, en plena mamada, escuché una voz que me susurraba al oído:
- ¡Voy a romperle el culo a tu mujer!
Apenas un par de minutos después, Claudia soltó varios gritos, con mi polla aún en su boca. Luego los gritos se convirtieron en gemidos, mientras su cuerpo se balanceaba acercándose y alejándose de mi acompasadamente y unas manos grandes y masculinas se unían a las mías, luchando por apoderarse de sus excitados pezones.

FIN